El ejército ruso controla toda el área urbana de Mariúpol. Las tropas ucranianas solo resisten en el complejo metalúrgico de Azovstal, al sur. Moscú da a un plazo de siete horas para la rendición. Según la ONU, cien mil civiles que permanecen en la ciudad, se mueren literalmente de hambre. “La eliminación de los últimos soldados de Mariúpol, dice el presidente Zelensky, pondrá fin a cualquier negociación de paz”.
El primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, aseguró este domingo que los soldados ucranianos lucharán "hasta el final" en la sitiada ciudad de Mariúpol, por lo que descartó la capitulación exigida por Moscú.
"La ciudad no ha caído. Todavía están nuestros soldados y lucharán hasta el final. Por ahora siguen en Mariúpol", afirmó Shmyhal en una entrevista con la cadena estadounidense ABC.
La estratégica Mariúpol, junto al mar de Azov, es una de las principales metas de los rusos en su esfuerzo por lograr el total control de la región del Donbás y formar un corredor terrestre en el este del país desde la anexionada península de Crimea.
Mientras, continúan los bombardeos rusos. A lo largo de la noche se han escuchado varias explosiones en los alrededores de la capital, Kiev, en especial en la localidad de Brovary. “No ha habido impactos en la capital, dice el alcalde de Brovary, Igor Sapozko. Nuestros sistemas antiaéreos han repelido los ataques”.
En Slovianks, esta mujer y su hija escuchan aterradas las sirenas que alertan de un ataque aéreo. Con unos pocos bultos, intentan salir de la ciudad hacia Rivne, en el oeste, zona más segura.
En las últimas 48 horas, Járkov, la segunda ciudad del país, ha sufrido un duro castigo, con decenas de civiles muertos y heridos. “Al principio no sentí nada, dice Olga Sadovska, luego vi que sangraba de la pierna izquierda. Los médicos dicen que podré volver a caminar”.
Rusia sigue desplazando tropas desde Bielorrusia hacia el este, donde planean renovar su ofensiva.
Pero Ucrania resiste. Cincuenta jóvenes van a ser instruidos por veteranos de guerra en Kiev. “Gloria a Ucrania”, gritan en el autobús que les lleva a lo que fue un instituto. Suplen con entusiasmo su inexperiencia. Pero un instructor advierte “No tengáis prisa, porque si tenéis prisa cometeréis errores, y entonces moriréis.”
En Kiev, empiezan a reactivarse los mercados, como en el de Troieschina, el mayor de la capital. “Volvemos poco a la vida, dice Alla Mellinchuk, quien junto a su marido regenta uno de los puestos que han vuelto a abrir.