Ha sido un mañana llena de anécdotas en salón de loterías instalado en el teatro Real.
Desde los que chequeaban que su número estuviese en el bombo hasta los que aprovechaban para echar una cabezadita.
Todo el público disfrazado con variopintos atuendos protagonizan las anécdotas de un sorteo encabezado por las lágrimas de las niñas cuando cantaban el Gordo.
Venidos de toda España al Salón del teatro Real entraba una multitud multicolor con la esperanza de que estar cerca del Gordo pudiera servir de hechizo.
En la calle iban apareciendo despistados y afortunados. Otros dispuestos a todo en el día de la emoción.