Está claro que quien la sigue, la consigue. David vio el anuncio de la venta de una casa junto al pantano de San Juan hace ahora quince años. En ese instante pensó que sería suya, costara lo que costara. Y así fue. "En realidad la casa era más pequeña", nos cuenta, "La ampliamos, manteniendo en la reforma el respeto por el entorno. Y por eso es de piedra con madera, y la viga central del salón es una sola pieza de roble americano".
Una viga que mide 12 metros de longitud y que preside un salón cálido y rústico gobernado por una enorme chimenea que tuvieron que montar dentro de la casa porque no cabía por la puerta.
David y Nieves, su mujer, pueden decir que en Madrid sí hay playa y él puede demostrarlo con solo invitarnos a su casa. El programa 'Toc, toc, ¿se puede'?, ha sido testigo de ello.
Un enamorado del arte
Este argentino de nacimiento pero de familia española, tiene el salón repleto de libros. "Nos gusta mucho leer", y guardó un lugar privilegiado para un cuadro del pintor Rubén Naranjo. También tiene un 'rincón' para la música, ya que junto con la lectura, es su otra gran pasión. De hecho, no duda en cantar un tango con un buen bandoneón.
Todo en esta casa rústica parece encontrar su lugar. Todas las estancias parecen haber encontrado el equilibrio con la Naturaleza. Por eso huele a madera y muestra desde cada ventana, un 'pedacito' del pantano.
David, que es músico y cirujano plástico, enseña la mejor parte de la casa: el jardín. Una piscina bordeada por rocas, un columpio para las cálidas noches de verano, una barbacoa para celebrar cualquier cosa con los amigos o la familia, una cabaña de madera con una mesa de billar para pasar buenos ratos... y tres accesos directos a la playa de la Virgen de la Nueva, en el pantano de San Juan. La única playa de Madrid, por cierto, con bandera azul.