Tras las huellas del Imperio Romano en Alcalá de Henares y Valdetorres del Jarama
Restauran en Valdetorres del Jarama la única villa romana octogonal de España
Complutum, un punto de cruce de varias calzadas romanas
JUAN SOLA
La situación geográfica del territorio madrileño, en pleno centro de la península Ibérica, la ha convertido en un cruce de caminos que ha definido la forma de ser de muchos de sus municipios. Un punto de comunicaciones por el que pasaron diversos pueblos que dejaron aquí su impronta. Y uno de ellos fue el Imperio Romano.
¿Qué huellas dejaron los romanos en Madrid? Aunque la presencia romana en la actual Comunidad de Madrid no destaca por ser abundante, sí que podemos encontrar ejemplos en varios puntos, como la mansio Miaccum en Collado Mediano, el puente de Talamanca del Jarama, el yacimiento de Carabanchel o la calzada del valle de la Fuenfría.
Pero hay dos lugares de interés que destacan sobre el resto: la ciudad romana de Complutum en Alcalá de Henares y la villa romana de Valdetorres del Jarama.
LA VILLA ROMANA DE VALDETORRES DEL JARAMA
La villa romana de Valdetorres del Jarama ha estado durante muchos años cubierta de tierra, escondida al conocimiento tanto del público como de los investigadores. Sin embargo, tras su descubrimiento, permaneció en un segundo plano, olvidada y ninguneada. Y eso que estamos hablando de la única villa romana octogonal que hay en toda España.
La única villa octogonal de España
Su hallazgo parece que se debe a la más pura casualidad. En 1978, muy cerca del núcleo urbano de Valdetorres del Jarama, un agricultor que trabajaba sus tierras encontró el torso de una escultura de mármol negro. El fragmento representa a un tritón (mitad hombre, mitad pez) y lo entregó al Museo Arqueológico Nacional (MAN), donde todavía continúa, además de otras piezas cerámicas que también encontró.
Otra versión un tanto menos romántica de los hechos trata de una excavadora que, mientras abría un camino hacia el río Jarama, tropezó fortuitamente con la edificación y se llevó por delante parte de ella.
Fuera como fuera, lo cierto es que los arqueólogos del MAN acudieron a la zona para calibrar la importancia de los restos. Fue así como salió a la luz la planta de esta maravillosa e intacta villa romana.
Un cambio radical en el paisaje
Erigida en tiempos del emperador Teodosio I (347-395), la villa ocupaba un lugar desde el que se podía dominar todo el valle sobre el que se asienta, en la ruta entre las importantes ciudades de Complutum y de Talamanca.
No obstante, el paisaje actual dista mucho de aquel del siglo IV: con la construcción de la presa del Pontón de la Oliva durante el reinado de Isabel II, el caudal del río Jarama se redujo drásticamente y el cauce se fue alejando de la villa.
¿Cuál era su función?
Su verdadera función no está del todo clara. La mayoría de expertos opinan que las ruinas pertenecen a una mansio o statio que servía de parada de postas o fonda para el descanso de los viajeros en el camino de Talamanca a Complutum.
También se ha barajado la posibilidad de que el edificio fuera una especie de fortín donde se alojaban una especie de limitanei, soldados de fortuna pagados por los señores de la zona y que componían la guarnición de la línea defensiva del Duero.
Sin olvidar la posibilidad de que se trate realmente de una especie de mercado provincial o feria, algo así como un “centro comercial” al que los agricultores y ganaderos acudían determinados días a vender sus productos.
Recuperando su antiguo esplendor
Tras una segunda campaña de excavación y musealización del sitio, impulsada por la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura en colaboración con el Ayuntamiento de Valdetorres del Jarama, la villa forma parte de la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid.
Una iniciativa que pretende recuperar el esplendor y el patrimonio de un yacimiento que prácticamente se había abandonado a su suerte.
LA CIUDAD ROMANA DE COMPLUTUM
El yacimiento arqueológico de Complutum se corresponde con la antigua ciudad romana sobre la que hoy en día se asienta Alcalá de Henares. Una ciudad que se construyó en el I d. C. y que aseguró la presencia romana en la zona hasta el final del Imperio romano, en torno a seis siglos.
Los orígenes de la ciudad son el resultado de su excelente posición entre varias vías importantes de comunicación, como la ruta que iba de Emerita Augusta (Mérida) a Toletum (Toledo), además de su proximidad al río Henares.
Calles rectas sobre cuadrículas ordenadas, pórticos, foros, termas públicas, casas privadas de gusto refinado y ciudadanos cosmopolitas son algunas de las características tan emblemáticas del urbanismo romano que podemos encontrar en el yacimiento.
La ciudad de Comlplutum seguía el esquema clásico romano y contaba con edificios públicos, privados, red de saneamiento e importantes zonas suburbanas. Hoy en día, la visita del parque arqueológico permite recorrer muchos de estos espacios y admirar sus construcciones, sus mosaicos y pinturas murales.
El foro era el espacio donde se situaban los principales edificios públicos y en su entorno se desarrollaba la vida de los habitantes. El conjunto monumental del foro de Complutum estaba formado por una basílica, una curia, unas termas y dos pórticos con numerosos establecimientos de venta al público (tabernae). Todo esto rematado por una gran fachada monumental que adornaba la plaza del foro.
Auguraculum
El Auguraculum era el edificio público dedicado a la adivinación practicada por los augures y otros especialistas y sacerdotes. Era fundamental para programar la vida de los ciudadanos y la misma actividad pública. Aquí se han encontrado dos pozos de ofrendas y seis pequeños depósitos de sacrificio con restos de ofrendas.
Casa de los Grifos
La parte central del yacimiento es la Casa de los Grifos, un edificio construido a mediados del siglo I y que estuvo en uso hasta el siglo IV, momento que fue destruido por un incendio no intencionado. Esta fue una de las domus más imponentes de la ciudad, con comodidades inusuales para la época, como chimenea en la denominada "estancia F" y sistema de almacenaje y distribución de agua.
Era de gran tamaño (900 m²), con un amplio patio interior (99 m²) rodeado por un peristilo de doce columnas (dos de ellas dobles) que articulaba una serie de estancias. En ellas se ha encontrado pintura mural de todo tipo, además de unos grifos muy bien conservados que son los que dan nombre a la construcción.
Casa de Hippolytus
Lo que hoy en día se conoce como Casa de Hippolytus era, en la antigüedad, la sede del Colegio de Jóvenes de Complutum. Esta edificación es muy interesante desde el punto de vista del estudio de la cultura del momento, pues todas las estructuras documentadas en el edificio pertenecen al campo del ocio.
En la sala de mayor tamaño, que hacía las veces de distribuidor, hay un gran mosaico que representa una escena de pesca. La obra está firmada por Hippolytus, un maestro musivario posiblemente de origen norteafricano y fue realizada para una de las familias más importantes de la ciudad.
Casa de Marte
Era una domus (casa privada urbana), que pertenecía al tipo de las denominadas "casas atrio", edificada para una unidad familiar. Su elemento principal es el atrio, un patio de luces sin columnas y con un impluvium en el centro para recoger el agua de lluvia; y a su alrededor había diversas estancias para dormir (cubicumul), cocinar y almacenar (culina), comer (triclinium) y representar al señor de la casa (tablinum).