Este lunes el Ministerio de Sanidad ha dado a conocer dos nuevos casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) en dos hombres, uno fallecido tres días después de la aparición de síntomas.
El VFHCC se identificó por primera vez en España en 2010, en garrapatas capturadas en ciervos procedentes de una finca de caza en Cáceres, en las lindes del río Tajo en la frontera portuguesa.
¿Qué es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo?
Se trata de una de las enfermedades trasmitidas por garrapatas con mayor extensión a nivel mundial, afectando a población de diversas partes de África, Asia, Europa del Este y Oriente Medio.
El agente productor de la enfermedad es el VFHCC, transmitido por la picadura de garrapatas duras (Ixodidae), principalmente del género Hyalomma.
Los seres humanos se pueden infectar bien por la picadura de la garrapata, que actúa también como reservorio, o por el contacto directo con secreciones o fluidos de un hospedador animal infectado durante la fase aguda.
¿Cómo se contagia?
Puede haber transmisión de persona a persona por contacto directo con sangre, secreciones, otros fluidos corporales o aerosoles de individuos infectados o con objetos inanimados contaminados, que ocurre con mayor frecuencia en personal sanitario, aunque algunos estudios indican que esta transmisión con las medidas de protección adecuada, es infrecuente.
¿Cuáles son los síntomas?
Tras un periodo de incubación de 5-6 días, la mayoría de los casos sintomáticos presentan una clínica leve de 4-5 días de evolución caracterizada por fiebre, cefalea, mialgias y mareos.
En pocos casos, la enfermedad progresa hacia un cuadro clínico grave con manifestaciones hemorrágicas en piel y mucosas, como petequias o sangrado, que puede progresar hasta la muerte.
La tasa de letalidad oscila entre el 3% y el 40%, según los estudios. Los estudios serológicos realizados en países endémicos indican que la infección en el ser humano puede cursar de forma asintomática, si bien es difícil establecer en qué porcentaje. Se desconoce si la infección produce inmunidad frente al virus, aunque no se han identificado casos de reinfección por VFHCC.
El diagnóstico se realiza mediante aislamiento del virus, detección de genoma por PCR (método específico, sensible y rápido) o serología (los anticuerpos IgM e IgG se detectan mediante ELISA y ensayos de inmunofluorescencia desde unos 7 días tras el inicio de la enfermedad). No hay vacuna para esta enfermedad ni un tratamiento específico, aunque se ha usado la ribavirina con aparente efecto beneficioso.