En 2005, el neurocientífico japonés conocido como Doctor Kawashima se hizo mundialmente conocido gracias al videojuego "Brain Training" o Entrenamiento Cerebral para Nintendo. Con la pregunta "¿Cuántos años tiene tu mente?", el experto diseñó juegos, puzles y pruebas para estimar las capacidades cognitivas de la persona y determinar la edad funcional del cerebro.
¿Es posible mantener el cerebro joven, entrenado y rápido a los 60 años igual que a los 30 años? La respuesta es sí: con un correcto entrenamiento y una buena rutina a lo largo de los años. Incluso la "vejez mental" y sus consecuencias negativas pueden revertirse en determinada medida y los resultados son notables en tan solo tres meses. ¿Cómo es posible?
La agudeza cognitiva suele disminuir a partir de los 30 a 40 años, agravándose con la edad, lo que se traduce en un procesamiento de información más lento y una memoria en declive. Sin embargo, una investigación dirigida por la Universidad de Oxford plantea la posibilidad de restaurar la agilidad mental, incluso en etapas avanzadas de la vida.
Una rutina de ejercicios o de clases adecuada puede hacer retroceder la mente hasta tres décadas, recuperando niveles de concentración, memoria y agudeza intelectual propios de un joven de 18 años.
Según las investigadoras en psicología Rachel Wu y Jessica A. Church, el declive cognitivo que sufre un ser humano con las décadas podría estar más relacionado con la falta de aprendizaje que con factores puramente biológicos.
Adquirir nuevos conocimientos crea más patrones neuronales que fomentan el desarrollo de conexiones cerebrales adicionales, potenciando la capacidad mental.
Retrasar el envejecimiento cerebral
Así, sugieren que la capacidad cognitiva se desarrolla de manera más eficaz durante los años de educación escolar porque la persona está en fase de aprendizaje continuo e ininterrumpido. En este sentido, el estudio demuestra que nuestra capacidad mental disminuye cuando dejamos de exponernos a nuevos conocimientos y habilidades.
Las investigadoras realizaron un experimento con un grupo de 33 adultos, con edades de entre 58 y 86 años, a quienes se les brindaron clases semanales de dos horas cada una durante tres meses, centradas en aprender tres nuevas habilidades: canto, dibujo y un nuevo idioma.
Los resultados del programa revelan que la memoria y la habilidad de la atención mejoró en los participantes, llegando a niveles propios de adultos de 30 años menos de edad. Además, una vez finalizadas las clases, la mejora seguía siendo notable.
La estimulación a la que se expone el cerebro adulto cuando está centrado en aprender algo nuevo de forma continuada, como es el caso de tocar un instrumento o practicar un nuevo idioma, influye directamente en frenar el declive cognitivo que asociamos a la edad.