Luis, a punto de cumplir 80 años, se prepara para revivir la magia de la San Silvestre Vallecana, una carrera en la que participó por primera vez en 1964, cuando este evento suponía toda una innovación. "La primera vez, el trofeo era una botella. Todo era muy diferente entonces", recuerda con nostalgia.
Con más de medio siglo de historia a sus espaldas, Luis ha decidido aceptar el reto de volver a participar en esta emblemática prueba, mejor equipado que en aquellos días de "cross y bamba". "Me ha costado mucho decidirme", reconoce, aunque su espíritu lo ha llevado a superar todos los desafíos de su vida.
"Y fuerte, Luis es un rato", coinciden quienes lo conocen, destacando su dedicación y tenacidad. Este corredor octogenario es más que un participante, es un símbolo de la carrera popular e historia de la San Silvestre Vallecana.