Educación, sanidad, igualdad, vivienda, inmigración, dependencia, pensiones... El tercer bloque del debate 4-N trató temas fundamentales para los españoles y no faltaron los momentos de confrontación entre los candidatos, los cuales a veces enturbiaron las medidas propuestas.
Sobre todo fueron Albert Rivera y Pablo Casado quienes atacaron la labor de Pedro Sánchez, quien también se llevó reproches de Santiago Abascal por estar "más preocupado de desenterrar a un muerto" (en relación a Francisco Franco) que a las necesidades reales de los españoles.
Pedro Sanchez tuvo en este bloque el discurso más agresivo contra sus adversarios. Dijo que Rivera y Casado representan la "derecha cobarde" frente a la "ultraderecha agresiva" de Vox. Sus palabras indignaron a los candidatos del PP y Ciudadanos. Casado pidió a Sánchez que no diera lecciones y Rivera le recriminó que tuviera como principales socios a los nacionalistas.
Pablo Iglesias, más pausado, recriminó a sus adversarios que volvieran a hablar de Cataluña en vez de tratar temas sociales. Se quiso centrar en medidas como garantizar la gratuidad del dentista o el tratamiento a domicilio en localidades rurales.
Santiago Abascal volvió a cargar contra Sánchez por tratar con los "enemigos nacionalistas de España". También trató sobre la falta de seguridad en España y la asoció a la inmigración ilegal, mencionando por ejemplo los centros de 'menas'.