La Comunidad de Madrid ha intensificado las medidas de control en todas las residencias de mayores, ante el último brote del coronavirus en el centro Virgen de la Antigua de Morata de Tajuña, que se suma al de la residencia Montserrat Caballé de Barajas y la residencia Monte Hermoso en Lucero, con una veintena de ancianos fallecidos por el momento. Con respecto a esta última, la Fiscalia ya ha abierto diligencias de investigación para aclarar si ocurrió algún tipo de negligencia por parte del centro.
El Gobierno regional quiere garantizar además la comunicación diaria entre los residentes y sus familiares, teniendo en cuenta las restricciones de las visitas impuestas para reforzar la protección y evitar contagios en este colectivo especialmente vulnerable.
De esta manera, el examen diario de la situación en cada centro, incluidos los privados, lo realizará el personal del Centro de Control de Calidad e Inspección de la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad (CIRA).
Asimismo, la Dirección General de Atención al Mayor ha pedido a los centros que faciliten la comunicación diaria entre los usuarios y sus familiares, tal y como avanzó ayer la Comunidad tras conocerse la muerte de una veintena de ancianos de la residencia Monte Hermoso, en el barrio del Lucero.
La comunicación se hará mediante conversaciones telefónicas o telemáticas, y en caso de que el residente no pudiera comunicarse, una persona designada por el centro se pondrán en contacto diariamente con sus familiares para informarles de su estado.
La Comunidad de Madrid ha insistido en reclamar al Ministerio de Sanidad los equipos de protección individual tanto para el personal que trabaja con las personas mayores, como para aquellas que han sido infectadas. Y ha recordado que la asistencia sanitaria en todos los centros residenciales con financiación pública de la Comunidad de Madrid, está garantizada.