Se han cumplido el peor de los presagios en la búsqueda de Blanca Fernández Ochoa. Sin embargo, nosotros queremos recordarla como la leyenda que fue, siempre con una sonrisa por bandera. Porque la sonrisa, para ella, era “una filosofía de vida que hay que aplicar por lo menos 30 segundos al día”, tal y como confesó ella misma en una entrevista.
Blanca quiso seguir los pasos de su hermano Paco Fernández Ochoa, también medallista olímpico en la modalidad de esquí. En un principio lo vio como una obligación, pero en poco tiempo se convirtió en algo más que un hobby, casi en una “obsesión”, como ella misma confirmó a la prensa: “Pasó de no gustarme, a gustarme y, de ahí, a obsesión”.
En 1992, durante los Juegos Olímpicos de Albertville (Francia) logró cambiar la historia del deporte español. Fue entonces cuando Blanca Fernández Ochoa se convirtió en toda una leyenda, ya que fue la primera mujer en la historia de España que logró conquistar una medalla olímpica. Este se convirtió en su primer logro de muchos.
Además, logró alzarse hasta en dos ocasiones con el Premio Reina Sofía y también, en 1994, ganó la Medalla De oro de la Real Orden del Mérito Deportivo.
Desde Aquí Hay Madroño siempre la recordaremos como una leyenda.