Cumplimos un mes de confinamiento a causa del Covid-19 y si nuestros hábitos durante el día han cambiado, también lo ha hecho nuestra calidad del sueño.
Más móvil, menos rutinas, más preocupaciones: un cóctel que hace de las suyas al llegar la noche, sobre todo, en los niños y los mayores.
La falta de ejercicio, el abuso de pantallas de móvil y de videoconsolas, el abandono de las rutinas del sueño dificultan el descanso.
Faltan señales externas, aseguran los expertos, que recomiendan mantener las costumbres y los horarios para tratar de dormir entre 8 y 9 horas.