La increíble casa museo de la arquitecta Teresa Sapey
Tiene una gran colección de obras de arte moderno
REDACCIÓN
A la arquitecta Teresa Sapey 'le pierde' el arte moderno. Así que a veces se deja llevar por la tentación y se hace con algún cuadro o míticas obras que significan un antes y un después en la historia del Arte Contemporáneo.
Pero además, su casa también posee otra 'joya' de incalculable valor: las vistas al parque del Retiro. "Y lo mejor de todo es que puedo andar por casa desnuda sin que me vea nadie", confiesa entre risas.
Obras de arte y unas buenas vistas, el mejor binomio
A Teresa Sapey le encanta el 'arte en movimiento'. De ahí que la pared del salón sea un escaparate de objetos que atrapan las miradas: cuadros con imágenes que se mueven y esculturas que despiertan la curiosidad de quien las observa.
Pero Teresa, además de arquitecta, es artista, y su casa es también un 'escaparate' de sus propias creaciones. Entre todas, destacan unos jarrones y banquetas con rostros. Los taburetes tienen la forma de la cara de un hombre y se llaman 'Adán'.
Junto a la ventana, un cuadro circular con un neón que muestra al visitante el lema de su casa, escrito en inglés: 'Esto es más que una casa, es un mundo'. Y es cierto. Pasear por las estancias del hogar de Teresa Sapey es aprender mucho más de ella.
Por ejemplo, aprendemos que Teresa, además de que tiene un gran sentido del humor, que es moderna pero amante de los recuerdos. Por eso, su salón es también un gran contraste entre objetos modernos y otros antiguos heredados, como una cómoda de estilo Carlos V. "Yo soy una mujer de contrastes", nos explica.
Italiana pero madrileña desde hace treinta años
La arquitecta, de origen italiano, lleva ya treinta años viviendo en Madrid, pero solo lleva cinco en esa casa con vistas al Retiro. Diseñadora y decoradora de renombre, ha firmado reformas de hoteles, tiendas y viviendas exclusivas.
Junto a la entrada del comedor, Teresa tiene un cuadro de Warhol con la icónica Marilyn Monroe. "Me encanta Marilyn, para mí ha sido la mujer más sexy del mundo. Esta obra me parece el ejemplo de lo que ha cambiado la historia de nuestra época".
Su comedor es un espacio blanco y luminoso, con una mesa grande y otra más pequeña donde ella come y desde donde puede ver las vistas del Retiro. "Y aquí también trabajo. Trabajo en toda la casa, porque con la tablet, me muevo a cualquier rincón".
Teresa nos presenta a su hija Francesa, con quien además, comparte trabajo, ya que es socia. El dormitorio de Francesca se oculta tras una puerta camuflada en la pared del salón y de nuevo está presidida por una mesilla con el rostro de 'Adán', diseñado por su madre.
Y frente a tantas paredes blancas, contrasta el amarillo albero de la cocina. A Teresa le sorprende que en España el amarillo se vincule a 'la mala suerte'. A ella le encanta este color, y lo tiene hasta en el cubo de basura, que por cierto, es una obra de arte que se trajo de Milán y que cuesta más de 200 euros.
Teresa nos confiesa que le encanta cocinar (sobre todo postres) y su cocina está llena de curiosos detalles, como un embudo con forma de Pinocho que es símbolo de la casa italiana 'Alessi'.
Entre sus pequeños caprichos, está la cama de su dormitorio, con un colchón 'de hotel' y un cuarto de baño cuyas toallas están personalizadas con su nombre.
Y por supuesto, Teresa decidió cambiar un dormitorio por un rincón de lectura (le encanta leer), una habitación presidida por una original lámpara diseñada por madre e hija y que se vende bajo encargo.