En plena crisis económica, derivada del confinamiento por la pandemia, muchas empresas madrileñas ven florecer sus negocios y logran incrementar sus cifras de ventas
REDACCIÓN / AGENCIAS
Son los unicornios de los negocios. Todo el mundo los conoce, pero nadie los ha visto. En plena crisis económica, en lo más duro del devastador efecto del cierre por confinamiento derivado de la pandemia del coronavirus, sus negocios florecen y logran incrementar sus cifras de ventas, algunos hasta en un triple dígito. Y es que donde algunos ven dificultades, otros vislumbran oportunidades. ¿Son privilegios visionarios o elegidos de la diosa Fortuna?
¿Quién les iba a decir a las hermanas Matilla que la empresa de material sanitario desechable para ginecología y pediatría, fundada por su padre en Pinto allá por los años 80, reviviría 40 años después por una pandemia universal? La crisis les sorprendió en el año 2008, cuando sufrieron “las consecuencias de la irrupción en el mercado de terceros países” ajenos a la Unión Europea que fabricaban productos más baratos y de peor calidad.
Entonces, en los momentos más duros, en Temaer Hospitalaria, tuvieron que despedir a la mayor parte de la plantilla. Aunque la pandemia de coronavirus, que paradójicamente provenía de China, les ha dado una segunda oportunidad.
Hoy, once mujeres de alrededor de 45 años, algunas de ellas antiguas trabajadoras, componen la plantilla de esta empresa familiar de Pinto, la única fábrica de mascarillas FFP2 de la Comunidad de Madrid, que produce hasta 250.000 unidades mensuales, la mayoría destinadas al mercado nacional, aunque también exportan a países europeos.
Berta Matilla, actualmente al frente de la empresa, reconocía a EFE haber pasado por “vulnerabilidades” y “momentos duros” con este nuevo proyecto pese a ellos han invertido en nueva maquinaria con la ayuda de Avalmadrid apostando por el saber hacer de la empresa familiar.
Otro caso de éxito. Hasta 100.000 mascarillas quirúgicas homologadas se producen al día en Mascarillas Alcalá. Arturo Sánchez, responsable de la empresa, reconoce en Buenos días Madrid que la fábrica “surgió de la idea de poder abastecer a toda la Comunidad de Madrid, tras el problema que hubo de desabastecimiento decidimos poner en común todos nuestros recursos con maquinaria de última generación y materia de primera calidad”.
El Covid-19 disparó hasta en un 700% la venta de geles hidroalcóholicos desinfectantes, como nos contaba Cristina Lopez Cogollo, directora técnica de Farline. Todos hemos incorporado su uso a los hábitos de higiene diaria.
No es extraño que algunos hayan encontrado ahí un potente nicho de negocio. Es el caso de la empresa de Meco Mixer&Pack, una empresa fundada en 1994, de cuyas instalaciones salen a diario 90.000 unidades de gel hidroalcohólico tras haberse reorganizado en tan solo cuatro días para multiplicar y diversificar su producción original de perfumes y cosméticos.
La actual fábrica cuenta con 4 plantas y una media de 250 trabajadores en plantilla.
El confinamiento derivado de la pandemia ha provocado un trasvase del consumo desde el exterior al interior de los hogares con el consiguiente aumento del gasto en esos negocios. El paradigma de ese fenómeno lo constituye el aumento del gasto de los españoles en el supermercado de un 6,4% en 2020, hasta los 95.000 millones de euros, una tendencia que se consolida en este inicio de año. Así se desprende de los datos publicados por la consultora Nielsen, que revelan que en enero de 2021 las ventas en valor del sector de gran consumo (alimentación, bebidas, higiene personal y limpieza del hogar) subieron más de un 10% respecto al mismo período de 2020, todavía sin pandemia.
Aunque las cifras récord se registraron en las primeras semanas de confinamiento con incrementos de hasta un 330% en legumbres secas, 260% en arroz y pastas o de un 170% en celulosas del hogar, con el acopio de productos como el papel higiénico.
Según los datos de Nielsen, Lidl y Carrefour fueron las enseñas que más crecieron en cuota, aunque Mercadona sigue líder con casi un 26% del mercado gracias a su elevada penetración, y es que 92% de los españoles visitaron al menos una vez durante el pasado año alguna de sus tiendas.
Otro de los ejemplos de esos cambios en los hábitos de consumo vino de la mano del teletrabajo y sus nuevas necesidades para adaptar nuestros hogares como espacios laborales. Fue el boom de las sillas ergonómicas aunque quienes las comercializan aseguran que no su éxito no palía la caída de ventas en otros productos.
Reinventarse para sobrevivir
Han sido muchos los empresarios que han tenido que reinventar sus negocios como consecuencia de la pandemia, como los negocios de hostelería que evolucionaron sobre la marcha hacia el servicio de comida a domicilio o promocionando desayunos y aperitivos en terrazas ante el recorte de horarios de apertura.
Incluso negocios centenarios y de prestigio como el restaurante Cándido han tenido que innovar para hacer frente a una situación inédita. Y es que ni lo que la Guerra Civil había logrado, el que el asador segoviano de Cándido tuviera que cerrar en más de 100 años, lo logró en 2020 la pandemia del coronavirus. Por ello y para salvar su negocio se renovó con el envío a domicilio, bajo demanda, de cochinillos asados, su gran especialidad.
El denominador común de estas transformaciones vino de la mano de la popularización del comercio electrónico, al que muchos negocios y consumidores se abrieron a raíz de la pandemia. Según un estudio de la Asociación española de Anunciantes (AEA), el 41% de los compradores digitales compraron en tiendas online en las que nunca habían comprado antes y un 11,5% de los compradores online del confinamiento no lo eran antes de la Covid-19, según Deusto Formación.
Usamos la Red unas 80 horas a la semana y como tenemos mucho tiempo libre nos ha dado por comprar desde máquinas de coser hasta aparatos para convertir nuestras casas en gimnasios improvisados.
No cabe ninguna duda de que las pautas de consumo se han modificado.
Empresas que instalan toldos, piscinas o de reformas en viviendas han vivido su particular agosto y han visto como la demanda se disparaba inusualmente.
O qué decir de la dificultad para encontrar una simple pala durante el temporal de nieve que nos trajo Filomena.
No hay duda, la pandemia ha cambiado la economía y, también la movilidad: más uso del coche privado y, en este caso, una nueva movilidad: la bicicleta, un negocio cuyo crecimiento no va a pedales, precisamente.
Foto: Archivo |Vídeo: Telemadrid
Como el ave Fénix que se desvanece para renacer con toda su gloria, muchas empresas madrileñas han logrado no sólo aguantar la crisis de este primer año de pandemia, sino que han salido reforzados.