El Atlético de Madrid se despidió de la Liga de Campeones entre la decepción, un entramado defensivo derribado al final y un cortocircuito en ataque, sin vías de conexión ofensiva, con apenas siete apariciones en el área rival y sólo dos combinaciones entre Mario Mandzukic y Antoine Griezmann.
Los dos fueron desde el atacante croata al francés, según las estadísticas oficiales de la UEFA. En 90 minutos en el Bernabéu, no hubo más pases entre uno y otro, sus dos referentes ofensivos, sus dos máximos goleadores, el primero con 20 tantos y el segundo con 23 y sustituido en el minuto 65, y ambos entregados al plan defensivo.
UN ATAQUE APAGADO
Desde esa idea y desde la intensidad en medio campo y atrás del Real Madrid se apagó el ataque del conjunto rojiblanco, encomendado a algún saque de banda o córner para inquietar a su adversario, salvo en sus dos únicas ocasiones del duelo: un tiro de Jesús Gámez y un cabezazo manso de Koke a las manos de Iker Casillas.
"Nos faltó mucha más conexión (hacia el ataque). En las veces que hemos podido tener la pelota por los laterales encontrábamos la salida de Gámez y Juanfran. La presencia de Koke en el medio fue muy buena, pero las combinaciones no terminaron de ser importantes en base al buen trabajo del rival también", valoró Diego Simeone.
Mandzukic, desasistido arriba, recibió más pases del portero esloveno Jan Oblak (4), todos en largo para la pelea por alto, que de ningún otro de sus compañeros. Koke combinó con él tres veces, Arda Turan sólo dos y los laterales, Juanfran Torres y Jesús Gámez, apenas conectaron en una sola ocasión con el delantero croata.
SIN PROFUNDIDAD
Tampoco profundizó Antoine Griezmann ni tuvo apenas opciones Arda Turan y eso, en el Atlético, es un déficit incalculable en el aspecto ofensivo, más en un escenario como el Santiago Bernabéu, donde el equipo sólo protagonizó diez acciones en el último cuarto del terreno de juego rival, incluido el área, en hora y media.
Su media de la temporada en ese aspecto en la Liga de Campeones es de 43 combinaciones o carreras ofensivas por partido en esa zona del campo contrario, según recogen las estadísticas del torneo.
El guardameta, con quince paradas, muchas de ellas decisivas -en la ida a Gareth Bale y en la vuelta a Cristiano Ronaldo o Javier Chicharito Hernández en duelos en solitario contra ellos- es la luz de dos encuentros oscuros del Atlético. Desde sus magníficas intervenciones, que le han incluido en el mejor equipo de la UEFA en la ida y la vuelta, aguantó su equipo hasta que llegó el 1-0.
Un resultado que eliminó al conjunto rojiblanco de la Liga de Campeones, de las que se despide este curso con cinco triunfos, dos empates y tres derrotas, con quince goles a favor y cinco en contra, el último, definitivo, entre la obsesión defensiva y el cortocircuito en ataque del Atlético en el Santiago Bernabéu.