Carlos Soria, el montañero madrileño de 73 años que tratará de conquistar la cima del Annapurna (8.091 metros) al frente de la Expedición BBVA 2012, espera la mejoría del tiempo en la cordillera himalaya mientras dedica las horas a entrenarse y disfrutar del "magnífico ambiente" en el campo base, donde no falta la buena comida ni las películas de Torrente.
El mal tiempo que rodea a la primera montaña de más de 8.000 metros conquistada por el hombre, obliga a Soria a permanecer en el campo base y a mirar al cielo por si la naturaleza ofrece alguna opción de ponerse en camino hacia la cima del Annapurna, primer objetivo antes de continuar la aventura hacia el Dhaulagiri, otro coloso de 8.167 metros.
Días que obligan a armarse de paciencia, pero positivos, ya que según ha comentado Carlos Soria en una videoconferencia desde el campamento base "han sido buenos, tranquilos, de acondicionamiento, y aunque ha hecho mucho frío nos han venido bien para aclimatarnos".
"Estamos a la espera de que mejore el tiempo y que el viento sea más favorable. Ahora tenemos un pronostico de nieve para dos días, pero dicen que para la semana que viene vamos a tener mejores condiciones. Sabemos que desde el campo base hasta la cumbre pasarán cinco días y hay que aprovechar las oportunidades que se nos presenten", comentó Soria.
El veterano montañero mantiene su estado de forma para afrontar el reto de conquistar la cumbre número 12 por encima de los 8.000 metros. "Dedicamos el tiempo a entrenar y andamos todos los días unas horas para estar en las mejores condiciones posibles. Hoy me he levantado a las 5.20, he caminado dos horas y antes de las 8 he vuelto para desayunar", explicó de espaldas al Annapurna mientras nevaba.
Los días de retraso no serán un obstáculo para cumplir con el objetivo de subir al Annapurna y luego al Daulaghiri. "Tenemos margen de tiempo, por lo que solo nos falta suerte con la climatología.", precisó.
Mientras tanto, no hay tiempo para el desaliento o el aburrimiento entre los componentes de la expedición. "En el campo base no nos aburrimos. El ambiente entre todos los componentes de la expedición es magnífico y nos divertimos. Por la noche vemos películas, el otro día vimos la de Torrente", comentó Soria.
La familia es otro aspecto que no olvida Carlos Soria. Ha tenido problemas con su teléfono particular porque se le ha roto la tarjeta del aparato, pero la tecnología es actualmente un aliado en parajes tan inhóspitos. Comer y dormir no deben representar preocupación alguna para la familia del montañero.
"He podido hablar con mi hija por el skype. Por lo demás no nos falta de nada, comemos de maravilla, ya que tenemos un cocinero que podría estar trabajando en el mejor restaurante de Madrid. El otro día nos hizo una lasaña impresionante. Y para dormir sin problemas, tenemos una tienda para cada uno, con buenas colchonetas y podemos descansar a gusto", explicó.
Además su aventura tiene un seguimiento que traspasan las fronteras españolas. Soria se siente "satisfecho con el apoyo de las redes sociales", donde se registran más de 200.000 seguidores por facebook.
"Eso me hace sentirme muy contento, aunque también asusta un poco porque todos los comentarios son estupendos. Ya sé que me siguen además en varios países, como por ejemplo en Perú, donde están haciendo un seguimiento tremendo. Soy consciente de que estoy transmitiendo esperanzas a mucha gente", dijo.
Por lo demás, el decorado que rodea el campamento base es el propio Annapurna en su máximo esplendor, una montaña imponente para ante los ojos de cualquier persona.
"El Annapurna me parece una montaña maravillosa. Tiene una gran historia, es el primer 8.000 que conquistó el hombre, tiene una forma diferente a las demás. Tengo muchas ganar de subir a la cima", resumió Carlos Soria, a la espera de que la naturaleza de luz verde a una ilusión que persigue desde hace 40 años.