El alero Kevin Durant y doce jugadores más, todos los disponibles en el banquillo de los Thunder de Oklahoma City, se exhibieron frente a los esperpénticos Lakers de Los Ángeles que perdieron por paliza de 131-102.
El marcador pudo haber sido de escándalo si el entrenador de los Thunder, Scott Brooks, no decide que las estrellas del equipo encabezadas por Durant, que aportó 29 puntos, los mismos que tuvo el base Russell Westbrook, y el ala-pivote congoleño, nacionalizado español, Serge Ibaka, 15 tantos, descansasen en el cuarto periodo.
Aun así y a pesar de utilizar Brooks a todos los reservas del equipo, los Thunder fueron siempre superiores en todos los aspectos del juego, que quedó ya sentenciado desde el primer cuarto con parcial de 33-19, al descanso (60-46) y al concluir el tercer periodo la diferencia era de 24 tantos (101-77).
DOBLE-DOBLE DE IBAKA
Durant (8-17, 2-5, 11-11) salió al partido para mantener sus estadísticas de cara a concluir la temporada como el máximo encestador, mientras que Westbrook confirmó que cada día va a más en su aportación ofensiva, además de repartir nueve asistencias y recuperar tres balones.
Ibaka también se mantuvo en su línea de jugador clave bajo los aros y aportó otro doble-doble al capturar 13 rebotes, incluidos ocho defensivos, que lo dejaron líder del equipo en esa faceta del juego, además de poner siete tapones -mejor marca de la temporada-, y recuperar dos balones.
El internacional español, que estuvo intratable bajo los aros, también mostró una gran eficacia y buen criterio en la selección de los tiros de campo al anotar 6 de 9, incluido el único triple que hizo, y 2 de 2 desde la línea de personal.
Junto a los Big Three de los Thunder, la nueva adquisición del equipo, el alero Caron Butler se mantuvo como el sexto jugador al conseguir 11 tantos, seis rebotes y dos asistencias.
VENGANZA DE LOS THUNDER
Los Thunder se vengaron a gusto de la derrota sorpresa que el pasado domingo sufrieron en el Staples Center ante los Lakers (110-114), que por lo visto esta noche en su campo del Chesapeake Energy Arena, no fue el equipo californiano los que ganaron el anterior duelo sino que ellos mismos lo perdieron.
La victoria, segunda consecutiva, dejó a los Thunder con marca de 48-17, medio juego por detrás de los Spurs de San Antonio (48-16), que tuvieron jornada de descanso, en la lucha por el liderato de la Conferencia Oeste.
De los Lakers, nada que destacar ni en el apartado individual ni mucho menos en el colectivo, aunque seis jugadores lograron números de dos dígitos.
Entre ellos el escolta Jodie Meeks que volvió a ser el líder del ataque al conseguir 19 puntos, mientras que el escolta-alero reserva Kent Bazemore llegó a los 16 y fue el sexto jugador de los Lakers (22-43) que se consolidan últimos en la Conferencia Oeste.
El pívot español Pau Gasol, que disputó 26 minutos, aportó 14 puntos (5-12, 0-0, 4-6), seis rebotes (3-3), dio dos asistencias, puso dos tapones y perdió dos balones.
Mientras que el base reserva Jordan Farmar anotó 13 tantos y el ala-pivote Ryan Kelly consiguió 12 puntos, seis rebotes y también puso dos tapones.
Los Lakers reflejaron en el campo el mismo desconcierto que tienen actualmente sus directivos después de confirmar que el escolta Kobe Bryant no regresará por lo que resta de temporada y el jugador que les va a costar 30,5 millones de dólares al final sólo ha podido disputar seis partidos.
Bryant batirá todas las marcas en la historia de la NBA en cuanto a menos rentabilidad en proporción al salario que ha ganado con los partidos que ha disputado, pero ya tiene garantizados dos años más por 48,5 millones de dólares, aunque hace tres temporadas que no consigue jugar un encuentro de la fase final.
La estrella de los Lakers, a pesar de tener todas estas ventajas económicas no ha tenido problema a la hora de criticar con dureza a los actuales dueños de los Lakers, la familia Buss -Jim y Jeanie- al gerente general, Mitch Kupchak, y al propio entrenador Mike D'Antoni, al que ha cuestionado que tenga claro lo que quiere hacer con el equipo.
Lo que sí tienen claro los Lakers es que si no mejoran hasta el final de temporada se encuentran en el camino de establecer la peor marca de su historia desde que trasladaron su sede a Los Ángeles, en 1960.