No era un partido cualquiera, era toda una semifinal de un Mundial. Y nos transportó a aquellos años mágicos 2012-2014 -no tan lejanos- donde España reventó el orden mundial. La España de Miki Oca, con el mismo seleccionador y ahora con un equipo retocado. Enfrente, Canadá, un coloso defensivo que eliminó nada menos que a la anfitrona Hungría, dejándola en cuatro goles. El inicio, por tanto, era vital.
España no repitió los errores de Hungría, que tardó seis minutos en marcar. En un minuto abrió la lata Clara Aspar y aunque pronto empataba Eggens, dos rápidos goles de Gual y Bea Ortiz ponían un más que interesante 1-3. Recortó en uno más McKee, pero Anni Espar, de penalty, ponía de nuevo dos de ventaja. Las de Miki Oca le estaban perdiendo el respeto a la laureada defensa canadiense. Primer cuarto para soñar, 2-4.
ESPAÑA SE ESCAPA
Un despiste defensivo de Canadá permitía a Anna Gual, de disparo lejano por el centro, aumentar distancias para nuestro combinado (2-5). Excelente señal ante un rival sorprendido en defensa y encogido en ataque. El partido deambulaba con los segundos corriendo a nuestro favor. El guión, al punto. Pero es waterpolo y en una semifinal del Mundial pasan muchas cosas. Recortó Christmas, pero contestó Leitón.
Las jugadoras del heleno Haris Pavlidis no daban con la tecla (4-6) aunque lo intentaban. Pero la película de Hungría se les había dado la vuelta. Ellas son las que iban a remolque con una España desatada en ataque gracias al tercero en la cuenta de Anna Gual. Y encima Laura Ester poniendo un candado en la meta española. Descanso, 4-7. Impecable.
CANADÁ SE ATASCA
La reanudación fue aún mejor. Anna Gual sacaba de nuevo el brazo (4-8) y Canadá no ofrecía soluciones a su bloqueo. A todo esto, la defensa española daba una cátedra al rival, que veía como los minutos iban pasando. De cinco goles pasamos a tres (Fournier, 6-9) por auténtica mala suerte pero la sensación de waterpolo control de España era absoluta aquí en Isla Margarita.
Faltaban 8 minutos, mucho tiempo, que se hizo más largo aún con el mazazo de Fournier (7-9) pero ahí estaba de nuevo Anna Gual para, en uno más, ponernos tres arriba y encima robo de balón a la siguiente jugada. Perfecto. Pero Canadá empezó con un axfisiante pressing que empezó a darles resultado. A cuatro minutos del final estaban a tiro de dos y con posesión. Y claro, Monika Eggens no perdonó el 9-10. E
ran los peores momentos de España en todo el choque, sin duda. Y en estas, en uno más, armó el brazo Bea Ortiz: ¡¡Goool!! Un tanto seco, por arriba, que valía mucho (9-11, a 3.20). El reloj corría a favor. Un palo ayudó mucho y España durmió el balón y el partido. Un minuto, un minuto quedaba y Bea ponía la guinda (9-12).