Poco se parecerá el Manchester United de ahora al que se enfrente al Atlético de Madrid en febrero. Eso es, al menos, lo que espera Ralf Rangnick, el entrenador que ha llegado al club inglés con la misión de revitalizar el fútbol de un equipo apagado y alejado de su historia.
Casi cuatro años acumula sin títulos un Manchester United que se ha deprimido durante la etapa de Ole Gunnar Solskjaer y cuya marcha es la esperanza para acabar con temporadas y temporadas de sinsabores, mal juego y desorganización. Ha llegado Rangnick y tiene seis meses por delante para dotar de estabilidad al conjunto y de una seña de identidad y de fútbol de la que carece.
Con solo tres partidos en el cargo, el técnico alemán ya ha tratado de cambiar radicalmente, imponiendo una presión en los delanteros, que tienen que ayudar, y un 4-2-2-2 inédito y que pretende actuar como shock para unos jugadores acomodados y acostumbrados al desastre táctico de Solskjaer. Se vieron brotes verdes en la victoria contra el Crystal Palace hace una semana, pero contra el Norwich City se volvió a las andadas.
Este United terminó encomendado a que los de arriba, especialmente a Cristiano Ronaldo, y a David de Gea en la portería para doblegar al colista, evidenciando que Rangnick tiene mucho trabajo por delante. Dos meses le separan de la eliminatoria contra el Atlético de Madrid. Será la primera vez que se enfrenten a los rojiblancos en Europa desde 1991, cuando los españoles les eliminaron en la segunda ronda de la Recopa.
Rangnick tiene tiempo para recuperar a jugadores lesionados, como Raphael Varane y Paul Pogba, y para hacerlos encajar en su estilo, como a un Bruno Fernandes que, desde la llegada de Cristiano, ha bajado su precisión ofensiva. El máximo goleador del equipo la temporada pasada tira menos y marca mucho menos. Como un Edinson Cavani que se ve fuera, al igual que Jesse Lingard y Anthony Martial. Este United sufre overbooking arriba.
Atrás, Harry Maguire y Varane no han encontrado continuidad juntos, mientras que los laterales solo ofrecen incertidumbres. Aaron Wan-Bissaka es inconsistente y ha perdido el puesto con Diogo Dalot, mientras que las lesiones de Luke Shaw le han abierto la puerta a un Alex Telles que está jugando bien por primera vez desde que llegó del Oporto.
Los mediocentros son el gran problema del equipo, con Scott McTominay y Fred muy lejos de la calidad de otras posiciones.
Ahora mismo el United, que está fuera de puestos de Champions en la Premier, es solo pegada. Rangnick necesita canalizar ese poder ofensivo y que los Diablos Rojos no sean solo un equipo que vive de que Cristiano y compañía consigan cazar algo dentro del área.