Kylian Mbappé es jugador del Real Madrid. Ya es una realidad a todos los efectos, y su presentación, con un Bernabéu hasta la bandera repleto de camisetas del nuevo 9, confirma el indulto definitivo del público al futbolista.
Mbappé llega a un Real Madrid campeón de Liga y Champions "destinado a ganarlo", según los aficionados, "este año no hay excusa".
La ilusión de los fans es máxima con el fichaje de un auténtico "jugón", el delantero es "único" y "sorprendente", el último "galáctico", la "tortuga" más "veloz". Son algunos de los primeros intentos de los madridistas para definir a un futbolista del que se espera que se acaben los adjetivos.
El delantero llega a una plantilla fantástica y llena de estrellas que ha demostrado su capacidad para ganar. El refuerzo de lujo completa un equipo de ensueño y las expectativas de los madridistas se colocan a la altura: "romper todos los récords y ganarlo todo".
La mochila de presión con la que llega Mbappé le exige la excelencia. "De 30 a 40 goles por lo menos" o "que traiga la decimosexta" son algunas de las respuestas de unos aficionados que esclarecen la confianza e ilusión que despierta el fichaje.
Y la llegada del francés obliga a reestructurar el once aunque la salida de Toni Kroos abre nuevas posibilidades como la opción de retrasar a Jude Bellingham.
Si el inglés saliera del tridente ofensivo, la pareja de Mbappé y Vinícius se presenta como la candidata favorita a todas las titularidades. Junto al dúo,
Rodrygo, Brahim, Endrick o Arda Guler opositarán para encontrar un hueco en el equipo de Ancelotti en un año de obligadas rotaciones.