El Real Madrid cerró su participación en la Liga de Campeones encajando una goleada por 4-0 en un Etihad en el que fue dominado de principio a fin, con un resultado que reflejó el sometimiento del Manchester City de Pep Guardiola ante un equipo que ha pasado de soñar con la decimoquinta 'orejona' a dejar dudas en el camino para la próxima temporada.
A pesar de que le resten cuatro partidos de una Liga nacional en la que solo se juega la segunda plaza, con el Atlético de Madrid, el conjunto madridista ya mira a futuro. Campeón de la Supercopa de Europa, Mundial de Clubes y Copa del Rey, pero sin capacidad para competir cada semana por el título en el campeonato doméstico y con un cierre en Champions en el que se vio muy lejos del nivel superlativo que marcó el City.
Con el italiano Carlo Ancelotti alejado, parece, de los cantos de sirena que le llegan desde Brasil para hacerse cargo de la selección y centrado en su contrato con el Real Madrid, hasta el 30 de junio de 2024, llega la hora de planificar la próxima temporada con las lecciones de esta.
Falta de recursos ofensivos
Una plantilla a la que le faltaron recursos ofensivos en el banquillo. Escenificado en un Etihad Stadium en el que solo el español Marco Asensio fue una opción para Carletto. Solo contaba con otros dos futbolistas de refresco en ataque, pero que no entran en sus planes: Mariano Díaz y Eden Hazard.
El primero tiene los días contados en el Real Madrid al acabar su contrato, pese a sus intentos de seguir, mientras que el belga se resiste a salir a pesar de su poco protagonismo -392 minutos esta temporada- y opta por cumplir el año que le resta de vinculación con el conjunto blanco.
Rodrygo Goes pasó de ser ese revulsivo desde el banquillo la pasada temporada a titular en la presente para Ancelotti, a la par que no se sumó ninguna pieza para rellenar ese hueco que ocupaba el brasileño.
Además, la condición de titular en banda derecha se la arrebató a un centrocampista, Fede Valverde, por lo que se redujeron las opciones.
Así, Carletto cuenta con cuatro atacantes de su confianza para las tres posiciones de arriba. Poco para encarar todas las competiciones.
Vinícius ha mejorado sus números de la pasada temporada -23 goles y 21 asistencias en 53 partidos-, pero el bajón de rendimiento del francés Karim Benzema ha hecho daño al Real Madrid en la competición de la regularidad, la Liga, y en los días decisivos en Champions.
16 partidos ausente el galo por diferentes problemas musculares, incluyendo descansos al tener partidos cada tres días. Y sin plan B del 9 en el banquillo.
Con sus ausencias, Benzema ha firmado 29 tantos en 40 encuentros; y la temporada anterior, la que le hizo ganarse el Balón de Oro, la cerró con 44 dianas en 46 partidos.
Un bajón de rendimiento que se ha notado especialmente en Champions. De 15 goles en 12 partidos a cuatro en diez. No marcó en los cuatro encuentros de fase de grupos que disputó, cerró su participación sin goles contra el Manchester City y, sobre todo, con la sensación de llegar tarde a todo. En 180 minutos solo completó un regate, tiró dos veces a puerta y ganó dos duelos.
Kroos y Modric, señalados
Tras el 4-0, fue uno de los señalados, junto al resto de la vieja guardia. Kroos y Modric fueron sustituidos antes del minuto 70.
Superados ante el ritmo de pases y recuperación de un Manchester City que hizo parecer mundanos a dos de los mejores centrocampistas de la historia. Ya con 33 y 37 años, respectivamente.
Con Tchouaméni, el sustituto de Casemiro, alejado del nivel que dio antes del Mundial, Ancelotti se decantó, como hiciera desde el partido de vuelta de la Copa del Rey en el Camp Nou (0-4) por Kroos de pivote. Una idea que hizo aguas en el Etihad con un Fede Valverde lejos de su gran nivel físico.
Camavinga, perdido en el lateral izquierdo
Mientras, Eduardo Camavinga estaba perdido en un lateral izquierdo en el que no supo dónde estaba Bernardo Silva; indetectable por su libertad de movimientos.
Sin balón ni fuerza en el centro del campo y sin recursos en ataque, el Real Madrid hizo aguas contra el Manchester City en una goleada que dejó a las claras las necesidades en cuanto a refuerzos de una plantilla que cierra el curso con tres títulos, aunque con el debe de la gran distancia en Liga con el Barcelona y un adiós abrupto en Champions.