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Los otros Santa Claus: tradiciones navideñas que van más allá del Polo Norte
- Exploramos algunas de las figuras más destacadas de las diferentes tradiciones navideñas
Papá Noel no es la única figura mítica que trae regalos durante las fiestas. Aunque cada vez sea más popular Santa Claus, las tradiciones locales aún mantienen vivas otras figuras navideñas: desde un carbonero que baja de las montañas en el País Vasco, hasta la bruja bondadosa de Italia, la geografía está repleta de personajes navideños variados.
Algunos de ellos tienen siglos de historia, otros apenas unas décadas, pero todos comparten el propósito de llevar regalos o contribuir a la ilusión de las fiestas. Exploramos algunas de las figuras más destacadas de las diferentes tradiciones navideñas.
Los que primero nos encontramos en el calendario son aquellos que llegan en Nochebuena…dentro y fuera de nuestras fronteras.
L’Anguleru, el mágico repartidor de regalos de Asturias
Este pescador de angulas pasa el año faenando en el lejano mar de los Sargazos, pero regresa a su tierra natal en los días festivos para repartir regalos y dulces entre los niños. Trae regalos la noche entre el 24 y el 25 de diciembre.
Su llegada es un evento especial: navega por el río Nalón hasta San Juan de la Arena, un pequeño pueblo pesquero, donde recibe el Nataliegu, un tronco de Navidad que le otorga poderes mágicos durante estas fechas. Gracias a la venta de las preciadas angulas, L’Anguleru consigue los fondos necesarios para cumplir su misión navideña.
Su celebración, que se está extendiendo en la región, se debe a la Asociación ‘Garabuxada’, que creó el personaje en 2008 para proponer una alternativa local a Papa Noel.
Christkind: el ángel de Alemania, Austria y Suiza
Christkind, o "Niño Cristo", es la figura benévola que trae regalos a los niños buenos en la víspera de Navidad. A menudo representado como una figura femenina de aspecto angelical, con cabello rubio rizado y una corona, Christkind es una tradición navideña en familias luteranas de Alemania, Austria, República Checa y Eslovaquia.
Una de las celebraciones más icónicas relacionadas con Christkind tiene lugar en Núremberg, Alemania. Allí, cada año, un niño es elegido para interpretar a esta figura en el famoso mercado navideño, el Christkindlmarkt.
El Apalpador (o Pandigueiro): el carbonero de Galicia
El Apalpador es un personaje tradicional gallego que visita a los niños en la noche del 24 o del 31 de diciembre, dependiendo de la región.
Este gigante carbonero, de aspecto desaliñado, desciende de las montañas para cumplir una peculiar misión: tocar la barriga de los pequeños mientras duermen y comprobar si han comido bien durante el año.
Si considera que están bien alimentados, les deja castañas o algún regalo; si no, carbón. Este enigmático personaje, especialmente vinculado a la provincia de Lugo, forma parte de una rica tradición oral que lo sitúa como una figura emblemática del bosque.
Joulupukki: la cabra de Yule finlandesa
En Finlandia, Joulupukki, conocido como la cabra de Yule, es la versión local de Santa Claus. Su origen se remonta a las antiguas tradiciones nórdicas, donde era un espíritu ligado al dios Odín. En esos tiempos, la cabra de Yule era una figura temida que tocaba las puertas exigiendo regalos y las sobras de las celebraciones invernales.
Con el tiempo, Joulupukki adoptó un carácter más benevolente. Hoy en día, visita las casas preguntando: "Onko täällä kilttejä lapsia?" ("¿Hay niños bien educados aquí?") y reparte regalos a quienes se han portado bien.
Olentzero: el bondadoso carbonero del País Vasco y Navarra
El Olentzero, figura emblemática en las navidades del País Vasco y Navarra, es un anciano carbonero que trae regalos a los niños el 25 de diciembre.
Desaliñado, pero bonachón y amante de la buena comida, su origen se encuentra en las tradiciones paganas del solsticio de invierno, donde representaba el fin del ciclo anual.
Con el tiempo, la tradición cristiana lo transformó en un personaje que deja carbón a los niños que se portan mal y regalos a los que han sido buenos.
Yule Lads: los traviesos elfos de Islandia
En Islandia, la Navidad está protagonizada por los Yule Lads, 13 elfos traviesos que hacen bromas y travesuras en lugar de fabricar juguetes.
Cada uno tiene su propia personalidad única: por ejemplo, Pottasleiki roba las sobras de las comidas, mientras que su temible madre, Gryla, amenaza con secuestrar a los niños que se han portado mal.
Durante las 13 noches previas a la Navidad, los niños islandeses dejan sus zapatos en el alféizar de la ventana, esperando que los Yule Lads les dejen dulces o pequeños regalos. Sin embargo, quienes no han sido buenos recibirán una patata podrida como advertencia.
El Tió de Nadal: el tronco mágico de Cataluña y Aragón
El Tió de Nadal, o simplemente "Caga Tió", es una entrañable tradición navideña en Cataluña y Aragón. Este tronco de madera, vestido con una manta y una barretina para protegerlo del frío, llega a los hogares el 8 de diciembre.
Durante días, se le "alimenta" hasta que, en Nochebuena o la mañana de Navidad, los niños lo golpean con bastones mientras cantan canciones tradicionales, logrando que "cague" pequeños regalos. Los obsequios más grandes, sin embargo, quedan reservados para los Reyes Magos.
Julenissen: el duendecillo noruego de la Navidad
En Noruega, los Julenissen, o duendecillos navideños, tienen sus raíces en antiguos guardianes de graneros, protectores de los cultivos. A diferencia de Santa, suele vestirse con ropa gris y tener una barba gris, en lugar de blanca.
Para los más pacientes que esperan hasta enero hay otros personajes navideños que nos consuelan por el fin de las fiestas trayendo ilusión en forma de regalos y dulces.
Los Reyes Magos: la tradición navideña en España y otros países hispanos
En España, aunque la figura de Santa Claus gana terreno, la tradición sigue siendo que los Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, traen los regalos durante la noche del 5 al 6 de enero. Estos tres sabios representan a los que visitaron al niño Jesús tras su nacimiento.
Antes de la noche de Reyes, los niños, no solo en España sino también en México y otros países hispanos, escriben cartas a sus Reyes favoritos pidiendo regalos.
Durante la noche, dejan dulces para sus Mágicas Majestades y agua para los camellos, colocando sus zapatos cerca de las ventanas. Al amanecer, los regalos sustituyen las ofrendas, dejando a los niños sorprendidos.
La Befana: la bruja mágica de Italia
Antes de la llegada de Papa Noel, en Italia, La Befana, una bruja bondadosa que vuela en una escoba, traía regalos a los niños en la víspera de la Epifanía, el 5 de enero. Su origen se remonta al folclore italiano del siglo VIII.
Según la leyenda, La Befana se negó a unirse a los Reyes Magos para visitar al niño Jesús, pero cambió de opinión y trató de alcanzarlos. Aunque nunca encontró el camino a Belén, continúa su búsqueda cada 5 de enero, repartiendo dulces y juguetes a los niños buenos, y carbón a los traviesos.
Las Anjanas: las hadas de Cantabria
Las Anjanas son las hadas de los bosques de la tradición cántabra, pequeñas, con pelo largo y rubio adornado con coronas de flores mágicas.
Viven en cuevas cerca de los ríos, donde cuidan la naturaleza y castigan a quienes la dañan. Durante los meses entre mayo y octubre, salen de su refugio, dejando flores de plata para aquellos que las encuentren.
Cada cuatro años, una o varias Anjanas visitan los pueblos del interior de Cantabria la noche de Reyes para dejar regalos a los niños de familias humildes.
El Esteru: el leñador de Cantabria
El Esteru, un leñador grande y fuerte con boina, pipa, bastón y hacha, trae regalos a los niños de Cantabria el 6 de enero. Originario de los bosques de Comillas, baja cada Navidad acompañado de su burro para fabricar y repartir juguetes.
Su figura se popularizó a comienzos de los 2000, gracias a asociaciones culturales que documentaron y promovieron esta tradición navideña cántabra.