Clara Lago se 'argentiniza' para protagonizar junto a Leonardo Sbaraglia el 'thriller' 'Al final del túnel', dirigido por Rodrigo Grande y que se estrenará el próximo viernes 12 de agosto en España, en lo que supone un giro tras los últimos éxitos de la actriz logrados dentro del género de comedia en la saga 'Ocho apellidos'.
Lago --quien no obstante cuenta con varios papeles alejados del humor como 'El juego del ahorcado' o 'Fin'-- asegura que este cambio de género no supone un problema, defendiendo además que la comedia es "lo más difícil en el cine, a pesar de no ser reconocido".
"Parece que las comedias no pueden estar reconocidas en los grandes premios y no termino de entenderlo: no hay nada mas complicado que hacer reír y además no tienes ningún apoyo extra. En un 'thriller' te puedes apoyar en la música o en efectos para lograr un golpe de tensión, mientras que, en la comedia, o está o no está, el montaje no lo va a arreglar", ha defendido.
En cualquier caso, ha reconocido que "sería osado" pedir más reconocimiento para 'Ocho apellidos', teniendo el respaldo de los espectadores. "Si esto se tratara de enfrentar el reconocimiento del público frente al de la profesión, siempre sale ganando el público, porque es para quien hacemos las películas", ha añadido.
'Al final del túnel' cuenta la historia de Joaquín (Sbaraglia), una persona en silla de ruedas al borde de una depresión que verá como cambia su vida tras alquilar una habitación a Berta (Lago) y su hija Betty. No obstante, esta nueva relación se verá amenazada tras descubrir Joaquín a una banda de asaltantes cavando un túnel por debajo de su casa.
Uno de los retos a los que tuvo que hacer frente Lago en este rodaje fue el de conseguir acento argentino, si bien ya cuenta con "buenas críticas" en Argentina --la película ya se ha estrenado en el país sudamericano--. "No parece forzado, en Argentina cuando lo digo creen que la doblaron", ha reconocido el propio director.
"Mi madre, que es actriz, vio la película y no hizo ningún comentario, pero otro día nos vio a los dos en un reportaje y me dijo que no sabia que mi compañera era española. Ese es el mejor ejemplo: su personaje hablaba muy rápido y lo resolvió excelente", ha explicado Sbaraglia.
SBARAGLIA EN SILLA DE RUEDAS
En el caso del actor, las dificultades a superar era la de dar vida a un personaje cuya movilidad estaba supeditada a una silla de ruedas y que no pareciera impostado. Sbaraglia ha señalado que se preparó el papel con gente con esa misma discapacidad que, al término de la película, "estaban agradecidos y emocionados".
"La película habla también de eso, de la posibilidad de la superación y de tener un nuevo proyecto en la vida, poder pujar y sacar las fuerzas de algún lado", ha señalado, tras recordar que aprendió a moverse con la silla "como si fuera un baile", eliminando algunas reacciones automáticas del cuerpo humano en caídas o al incorporarse.
Para Grande, esta película supone su vuelta al largometraje tras siete años de su último trabajo, 'Cuestión de principios'. En esta ocasión, ha contado con el respalda del actor argentino Pablo Echarri (que en la película interpreta al jefe de la banda criminal), quien se sumó a la producción tras leer el guión y fue su "principal defensor".
'Al final del túnel' cuenta con la participación de Federico Luppi en un papel "inolvidable', el del policía Guttman. "Ya habíamos trabajado en otras dos películas y uno sabe que cuando está Luppi, va a ser muy bueno. Hizo algo inolvidable con tres pinceladas, una cosa desagradable, rara y fea que sumó mucho a la película", ha apuntado.
LOS NIÑOS Y LOS PERROS, UN TOPICO EN EL RODAJE
Además, el trabajo con la niña Uma Salduende y un perro "no ha cumplido el tópico" que apunta a complicaciones en el rodaje. "Fue lo más fácil de la película y lo que menos problemas trajo: los rodajes ya son complicados de por sí, con mucha gente junta en un mismo espacio y muchos egos", ha aseverado.
Por el contrario, las repeticiones de escenas en las que Sbaraglia tenía que moverse por un pequeño túnel sí supusieron un pequeño quebradero de cabeza. "Fue más complicado para Leo, que tuvo que arrastrarse por todo ese túnel lleno de humo unas 40 veces, lastimado... cuando salía, le veía la cara y decía 'Por dios, tengo que hacer otra toma, a ver cómo le explico...'", ha bromeado.
En cualquier caso, Grande ha defendido que su film --con cierta connotaciones con las historias de Poe-- es más que un 'thriller'. "El género puro no me interesa, porque cuando es solo un género se empobrece mucho. Esta historia no parte queriendo hacer un negro o un policial, sino contando la historia de un tipo viviendo en lo subterráneo que termina volviendo a encontrar lo que no creía", ha concluido.