El diestro Serafín Marín firmó una brillante actuación premiada con tres orejas, dos de ellas a un toro de vuelta al ruedo, en la corrida que inauguró hoy la feria de Valdemorillo.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Montealto, bien presentados y de juego desigual. Hubo tres y tres. Los mejores, tercero -un gran toro, premiado con la vuelta en el arrastre-, quinto y sexto.
Víctor Puerto: media atravesada (silencio); y pinchazo, metisaca y estocada caída (pitos).
Julio Pedro Saavedra: estocada al encuentro y cuatro descabellos (silencio); y cuatro pinchazos y media que escupe (silencio tras aviso).
Serafín Marín: pinchazo y estocada saliendo cogido (dos orejas tras aviso); y estocada (oreja).
En la enfermería fue atendido Marín de un varetazo en el vientre de pronóstico leve.
La plaza, cubierta, tuvo algo más de media entrada.
MARÍN EMPIEZA FUERTE A LAS PUERTAS DE MADRID
Tres actitudes bien distintas en la tarde. Y en consecuencia dispar resultado en "el marcador" de trofeos.
El catalán Serafín Marín quiso mucho, y pudo, gustándose en sus dos toros con un toreo de mucha exquisitez y pureza, que a la postre le convirtió en clamoroso triunfador.
Puerto se inhibió, provocando en el tendido indiferencia en un toro y enfado en el otro. Y el local Saavedra, muy inseguro, sencillamente no fue capaz.
Firmeza y hondura de Serafín Marín desde que se abrió de capa en su primero para instrumentar un espléndido manojo de verónicas de verdadera usía. Y vuelta a la carga en el quite de igual guisa. Toreo bello y profundo, ligado, lento, limpio y ajustado. Casi nada la que formó el catalán.
Muleta en mano, tanto empaque y arrogancia. Marín controló muy bien pausas y tiempos, acompañando con la cintura las embestidas de un bravo, codicioso y enclasado animal. Bordó tres series en redondo, las tres primeras, y por naturales estuvo igual de a gusto y seguro. Tres "cositas" al buscar la igualada, y aunque hubo un pinchazo previo a la estocada definitiva, en la que salió volteado y maltrecho, al final paseó el doble trofeo.
El último, cortito de embestida, no andaba sobrado de fuerzas y había que llevarlo a media altura, por lo que Marín, después de otro saludo a la verónica de tanta trascendencia como el anterior, echó mano de una buena técnica para hilvanar una faena de muleta que tuvo también pasajes muy notables en lo fundamental. Espadazo a la primera, y oreja al canto. Tres de verdad, y a las puertas de Madrid. No se puede empezar mejor la temporada.
Puerto no estuvo cómodo en su distraído primero, al que en ocasiones robó algún pase estimable, pero sin hilván. Y no lo vió claro frente al brusco y deslucido cuarto, con el que no estuvo más allá de las probaturas.
Saavedra hizo lo que pudo, que no fue mucho, vencido por la desconfianza en sus dos toros. Lo mejor, la apertura de faena al segundo, un toro que tampoco dio mucho de si. El quinto, sin embargo, fue muy toreable, y Saavedra no estuvo.