La obra más corta y quizá una de las más divertidas de Willian Shakespeare llega a las Naves del Matadero. Se trata de una comedia frenética bajo la dirección de Alberto Castrillo-Ferrer, que transcurre en Éfeso donde dos parejas de gemelos, amos y criados, provocan todo tipo de confusiones,
La comedia de los enredos es la obra más corta de William Shakespeare. Un "remake" de lujo de la obra de Plauto "Los Menecmos", inspirada en otra griega: "Los Gemelos de Posidipo", y ésta última probablemente basada en un cuento de tradición popular. El Bardo de Stratford sitúa la acción en un exótico y misterioso sur de Europa, Efeso (Turquía) y juega magistralmente con los enredos que puede provocar la confusión de un gemelo por otro, enredos que se multiplican exponencialmente al haber dos parejas de gemelos, amos y criados, que se confunden incluso entre ellos mismos.
Un texto que ahora ha versionado Carlota Pérez-Reverte quien encara ahora su segundo proyecto, esta vez como adaptadora, y nada menos de Shakespeare. El colaborador de la dramaturga es nuevamente Alberto Castrillo-Ferrer, quien dirigiera su primera obra y que ha sido quien ha requerido en esta ocasión sus servicios para poner en pie esta comedia. Rafael Blanca, José J. Sánchez, Julián Ortega, Silvia de Pé, Antonia Paso, Javier Ortiz, Irene Aguilar yAngelo Crotti conforman el reparto de este montaje.
La primera reflexión que Carlota Pérez-Reverte se hizo al recibir el encargo fue plantearse simplemente tratar de actualizar y poner el día el texto, para acercarlo al público de nuestros días. «Pero Shakespeare sigue estando y el público lo va a encontrar en la función».
Castrillo-Ferrer ha elegido para su puesta en escena la comedia dell’arte italiana. «Género popular -dice-, dinámico y acorde con nuestro texto. Aunque no se trate de un canovaccio propiamente dicho, podemos adaptar el espíritu juguetón y dinámico de la Commedia, el trabajo de máscara para algunos personajes, el onirismo y la poesía de ciertos pasajes y la calidad y tradición del teatro popular italiano, gran inspirador de nuestros clásicos del Siglo de Oro». «La metateatralidad -añade Castrillo-Ferrer- es nuestra aportación a esta función, con la que queremos invitar al público a divertirse con nosotros».