Los españoles incrementaron su gasto en la cesta de la compra un 11,9% en mayo con respecto a un año antes y el azúcar y los edulcorantes fueron los productos que más se encarecieron, hasta un 33,6%.
Así lo desvelan los últimos datos publicados este martes por la consultora NIQ, según los cuales la demanda se quedó “prácticamente invariable”, con una disminución del 0,2%, mientras que los precios promedio se incrementaron un 12,1% respecto al mismo periodo de 2022.
Por categorías, la alimentación volvió a ser el capítulo que mayor desembolso supuso para los españoles, con un incremento en las ventas en valor del 14,7% y un crecimiento de su demanda en un 3,2%.
Sin embargo, tanto droguería y perfumería como bebidas registraron subidas “más moderadas” en las ventas en valor, de un 8% y un 5,6%, respectivamente, si bien en volumen descendieron en un 4,2% en el caso de las bebidas y en un 1,6% en droguería y perfumería.
En mayo, de nuevo, una “anomalía” climatológica marcó el comportamiento de la cesta de la compra y la bajada generalizada de temperaturas hizo que disminuyera la demanda en los productos asociados al calor respecto al mismo periodo del año pasado. De esta forma, el volumen de ventas de los productos de protección solar cayó un 41,7%, el de la parafarmacia de gran consumo lo hizo en un 38,4%, mientras que los insecticidas bajaron en un 27%.
Por lo que respecta a las bebidas, la demanda de horchata descendió en un 10,5%; la de los helados, en un 8,5%; la de zumos, en un 8,2%; la de las bebidas alcohólicas, en un 7% y la de las cervezas, en un 6,6%. Por el contrario, la consultora observó un “destacado aumento” de la demanda en alimentación, con el aceite en el primer puesto por unas ventas en volumen que crecieron un 20,4% pese a un repunte del 4,9% en el precio.
En la lista de productos con mayor volumen comprado le siguieron las legumbres secas, con un aumento en la demanda del 17,8%; el queso rallado, con un 15,2%; las pastas, con un 13,2%; los quesos blancos pasteurizados, con un 12,5%; el pescado preparado congelado con un 10,8%, y las verduras congeladas y los platos preparados en conserva, con subidas de las ventas en volumen del 9,7% y del 9,6%, respectivamente.
En cuanto a los precios, continuaron teniendo “variaciones ascendentes generalizadas” en comparación con el mes de mayo del año anterior y entre los productos que más se incrementaron el pasado mes continúan el azúcar y edulcorantes, con un 33,6% más; las fragancias, con una subida del 28,4%; la parafarmacia de gran consumo, con un 23,7% más; el arroz, un 23,6% más caro; los alimentos infantiles, con un 21,4% más y las verduras congeladas, con un 21,1% más.
En el extremo opuesto, el maquillaje disminuyó su precio un 3%; los complementos de lavado lo hicieron en un 2,5%, mientras que, por el contrario, el tratamiento facial aumentó solo un 0,3%; los suavizantes de la ropa subieron un 1,8% y los productos de higiene femenina aumentaron un 2%.
Por lo que se refiere a alimentación, entre los productos que experimentaron menores alzas en el precio, las pastas apenas variaron respecto a un año antes, con una subida del 0,3%; los frutos secos se incrementaron un 2,3%, o los platos preparados refrigerados, que repuntaron un 3,2%.
En relación a las marcas, se mantuvo la tendencia de meses anteriores, con las ventas en valor de las marcas de distribuidor que registraron una subida de un 17,9%, frente al incremento del 7,5% de las marcas de fabricante, mientras que las ventas en volumen se elevaron en un 4,9% para las primeras y disminuyeron un 5,7% para las segundas.
A la luz de estos datos, la directora general de NIQ para el Sur de Europa, Patricia Daimiel, subrayó que la demanda “sigue siendo sólida” pese a que los precios volvieron a registrar incrementos frente a un año antes “algo superiores” a los que experimentaron en abril, si bien puntualizó que “descienden en categorías que incluyen productos esenciales como el aceite, las pastas o las legumbres secas”.