El Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) publica este jueves los aranceles de hasta casi el 38% que el bloque impondrá desde mañana viernes al automóvil de batería eléctrica importado desde China, si bien lo hará de manera temporal mientras negocia con Pekín una "solución" a largo plazo para los subsidios que reciben los fabricantes chinos y que los europeos ven como una ventaja "desleal" contra sus marcas.
"Lo que está claro es que lo que la Unión Europea desea es una solución, no la introducción de aranceles.
Los aranceles no son un objetivo per se sino un instrumento para corregir un desequilibrio", ha zanjado el portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Eric Mamer, en una rueda de prensa en Bruselas.
Las reglas comunes en materia de competencia prevén que en este tipo de expedientes el Ejecutivo comunitaria pueda introducir gravámenes provisionales al cabo de los primeros nueve meses de una investigación antes de tomar una decisión definitiva al cabo de los 13 meses de máximo que puede extenderse el expediente, que en este caso será noviembre.
Por ello, ha añadido, la Comisión Europea, que habla en nombre de los 27 en materia comercial, quiere continuar el "diálogo" con las autoridades chinas en aras de una solución "eficaz" para todos, esto es, ha precisado, un acuerdo que "corrija la ventaja injusta de que disfrutan los productores en China".
El portavoz también ha querido dejar claro que los gravámenes que impondrá a partir de este viernes la Unión Europea son el resultado de una investigación cuidadosa, que ha durado nueve meses y que permite demostrar de manera "factual" que el 'dumping' chino está perjudicando tanto a la industria europea del automóvil como a los empleos que dependen de la misma.
"La Comisión ha llegado a la conclusión de que hay una desventaja factual ligada a la concesión de subsidios a fabricantes en China", ha insistido, para remarcar después que las conclusiones de los servicios comunitarios "se basan en datos, no son interpretaciones".