La tasa de inflación anual bajó cinco décimas en noviembre tanto en la eurozona, hasta el 2,4%, como en el conjunto de la Unión Europea (UE), al 3,1%, con lo que se situó en ambos casos en su nivel mínimo desde julio de 2021, según los datos revisados publicados este martes por Eurostat.
La oficina de estadística comunitaria confirmó así su estimación preliminar para el área del euro también en lo que respecta a la inflación subyacente -excluye el efecto de energía y alimentos frescos por ser los más volátiles-, que cayó seis décimas en comparación con el año previo, hasta el 3,6 %.
La caída de la inflación se explica por la moderación del aumento interanual de los precios en todos los componentes de la cesta de la compra: los de alimentos, alcohol y tabaco crecieron un 6,9 %, medio punto menos que en octubre, mientras que los servicios registraron una inflación del 4 % y los bienes energéticos no industriales una tasa del 2,9 %, en ambos casos seis décimas por debajo del mes anterior.
Los precios de la energía, al mismo tiempo, aceleraron su descenso hasta el 11,5 %, frente a la bajada del 11,2 % el mes previo.
Así, en noviembre la mayor contribución a la inflación en la eurozona vino de los servicios (1,69 puntos porcentuales), seguida de alimentos, alcohol y tabaco (1,37 puntos) y los bienes energéticos no industriales (0,75 puntos), mientras que la bajada de los precios de la energía restó 1,41 puntos porcentuales.
El descenso de la inflación en la eurozona hacia el objetivo del 2 % por el que se rige el Banco Central Europeo (BCE) hace más probable una suavización de la política monetaria aplicada por la institución para contener un aumento de precios que llegó a tocar el 10,6 % en octubre de 2022 por la escalada de los precios de la energía.
Sin embargo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, advirtió la semana pasada que no es momento de "bajar la guardia" y reiteró que los tipos de interés - que en el último año y medio se han elevado al 4,5 %, su máximo desde 2001- seguirán "en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para garantizar ese retorno oportuno" de la inflación al 2 %.
Pese a la mejora de las perspectivas, el BCE no espera que la tasa se acerque a esa cota hasta 2025 (al 2,1 %, en concreto).
Descenso generalizado
La inflación bajó en noviembre en 21 de los 27 Estados miembros de la UE, se mantuvo estable en tres de ellos y aumentó en otros tres, aunque las tasas siguen divergiendo mucho entre los distintos países.
Las más bajas se registraron en Bélgica, dónde los precios de hecho cayeron un 0,8 %, Dinamarca (0,3 %), Italia (0,6 %) y Finlandia (0,7 %), y se situaron por debajo de la media de la eurozona también en Letonia (1,1 %), Holanda (1,4 %), Luxemburgo (2,1 %) , Portugal (2,2 %), Alemania y Lituania (ambas 2,3 %), mientras que Chipre estuvo alineada con esta (2,4 %).
Por el contrario, los mayores incrementos anuales de los precios se observaron en República Checa (8,0 %), Hungría (7,7 %), Eslovaquia y Rumanía (ambos 6,9 %).
También registraron una inflación superior a la media España, que según el índice armonizado utilizado por Eurostat tuvo una tasa del 3,3 %, dos décimas inferior a octubre, así como Polonia (6,3 %), Bulgaria y Croacia (ambas 5,5 %), Austria (4,9 %), Eslovenia (4,5 %) Estonia (4,1 %), Francia y Malta (3,9 %), Suecia (3,3 %), Grecia (2,9 %) e Irlanda (2,5 %).