La Unión Cristianodemócrata (CDU) liderada por la canciller alemana, Angela Merkel, se impuso hoy en los comicios regionales del estado federado de Schleswig-Holstein a los socialdemócratas, que pierden la segunda batalla electoral del año a menos de cinco meses de las generales.
Tras vencer en el Sarre en febrero, los conservadores volvieron a mostrar en este estado fronterizo con Dinamarca el nulo impacto en las elecciones regionales del denominado "efecto Schulz", el impulso que lograron en los sondeos los socialdemócrata tras elegir como candidato para las generales al expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.
Según las proyecciones de voto de las televisiones públicas hora y media después de cerrarse los colegios, la CDU, con un casi desconocido Daniel Günther a la cabeza, se hizo hoy con el 33 % de los votos, 2,5 puntos más que en los últimos comicios regionales y casi siete más que el Partido Socialdemócrata (SPD).
Esta fuerza, que hace cinco años casi empató con la CDU y consiguió arrebatarle el gobierno regional apoyado en un tripartito, perdió en torno a cuatro puntos, a pesar de la popularidad de la que gozaba el primer ministro, Torsten Albig.
Mientras todo el mundo estaba pendiente de las elecciones presidenciales francesas, Alemania seguía con atención unos comicios en los que apenas tenían derecho a participar 2,3 millones de ciudadanos, pero que se presentaban como un nuevo test de cara a las generales del 24 de septiembre.
La elección a principios de año de Schulz como rival de Merkel para esos comicios hizo subir a los socialdemócratas en las encuestas y en febrero llegó a superar a la CDU, por primera vez en una década.
Pero el optimismo inicial decayó, los comicios regionales no han reflejado ese empuje y los últimos sondeos para las generales vuelven a colocar en cabeza a los conservadores con el 36 % en intención de voto, entre seis y siete puntos por delante de los socialdemócratas.
Tras conocerse las primeras proyecciones de voto en Schleswig-Holstein, Schulz reconoció su "decepción" y la secretaria general del SPD, Katarina Barley, pidió no comparar las elecciones regionales con las generales por sus distintas características.
Mientras, el partido ultraderechista AFD se felicitó por haber superado por varias décimas la barrera mínima del 5 % exigida para contar con escaños en el parlamento regional.
Tendrá presencia así en trece de las dieciséis cámaras regionales de Alemania, aunque sus resultados este año están lejos de los que consiguió en 2016 apoyado en la crisis de los refugiados -el 24 % de los votos en el estado de Sajonia-Anhalt o cerca del 21% en Mecklenburgo-Antepomerania-.
Con alrededor del 13 % de los sufragios, Los Verdes, socios en el gobierno tripartito regional y de nuevo pieza clave para formar un nuevo ejecutivo en el "Land", se mantuvieron como tercera fuerza.
Los liberales del FDP, que en 2013 quedaron fuera del Parlamento nacional y luchan por regresar en las elecciones de septiembre, se mostraron eufóricos al hacerse con alrededor del 11 % de los votos.
También tendrá escaños en Schleswig-Holstein el SSW, partido que representa a la minoría danesa y miembro de la coalición de gobierno; logró en torno al 3,5 % de los votos, pero por su especificidad no está obligado a superar la barrera fijada para el resto de fuerzas.
Estas elecciones ratificaron también la caída de los Piratas, partido emergente hace apenas cinco años que desaparecen del parlamento de Schleswig-Holstein.
Su única representación regional en estos momentos es en el estado de Renania del Norte-Westfalia, pero los sondeos pronostican que también saldrá de esa cámara regional el próximo domingo.
Serán la última cita electoral antes de las generales de septiembre y en ese "Land" del oeste alemán, el más poblado del país y gobernado por los socialdemócratas en coalición con Los Verdes, centran ahora sus esfuerzos las filas conservadoras, con Merkel a la cabeza.