Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana ha optado por el continuismo y, tras 18 años bajo el liderazgo de la canciller Angela Merkel, entregó la jefatura a su leal secretaria general, Annegret Kramp-Karrenbauer, pese al fuerte empuje del ala derechista del partido.
AKK, como se denomina a la secretaria general del partido, se impuso por un 51,8 % en el congreso de la CDU de Hamburgo, frente al 48,2 % del representante del ala derechista, Friedrich Merz, y tras haber quedado descartado en una primera vuelta Jens Spahn, asimismo crítico hacia la línea de Merkel.
El congreso con el que Merkel se despidió de la presidencia de la formación, cuyas riendas asumió con la formación hundida en la oposición y en medio de un escándalo de financiación irregular, dio así un toque de aviso más que audible a la canciller.
Merkel agotará la legislatura
La victoria de la leal AKK facilita el propósito de Merkel de agotar como jefa del Gobierno la legislatura -previsiblemente, en 2021-, pero está claro que la presión de los críticos hacia su línea se hará notar en la gran coalición con los socialdemócratas, de por sí debilitada por sus continuos disensos internos.
En su presentación ante los delegados, AKK había pedido al partido "coraje" para asumir los desafíos a que se enfrenta, pero aludió también a la necesidad de frenar la caída de electorado de una formación que ha tenido a cinco de los ocho cancilleres de la historia de la República Federal de Alemania (RFA).
La fortaleza de la CDU
Destacó en ese punto que la fortaleza de la CDU es de gran relevancia "para Alemania y para el conjunto de Europa", mientras que su rival en el pulso por la jefatura aseveró que la CDU es el último "gran partido democristiano" que queda en la UE.
Merz cosechó ovaciones al abogar por adoptar un perfil más claramente conservador, lo que remite al reproche frecuente en las filas conservadoras que imputa a Merkel haber "socialdemocratizado" a la formación.
El exjefe del grupo conservador en el Parlamento, que contaba con el apoyo expreso del actual presidente de la cámara federal, Wolfgang Schäuble, llamó asimismo a los suyos a lanzar "una nueva estrategia" para combatir a la ultraderecha y a no ceder terreno tampoco al resto de formaciones, incluidos los Verdes.
"Hasta ahora, todos los loables intentos para recuperar el electorado perdido en dirección a la ultraderecha han sido en vano", dijo Merz, entre fuertes aplausos, para alertar sobre el avance de los populismos, no solo en Alemania o Europa.
Merz hizo alarde de su reconocida elocuencia, pero le faltó precisión a la hora de concretar cómo dirigir esa nueva estrategia, mientras que AKK ganó la partida, desde su posición de candidata leal a la canciller.
Las corrientes derechistas ganan terreno en la CDU, después de esas casi dos décadas de dominio de la línea de Merkel, quien en su último discurso como presidenta lanzó una llamada a la cohesión y defendió la vía centrista para su partido.
El discurso de la canciller
Empezó su discurso la canciller, entre fervientes aplausos, recordando esa "situación muy difícil" en que llegó a la presidencia y aludió así directamente, algo no usual en ella, el escándalo de financiación irregular durante la era Helmut Kohl.
Costó "superar" esa situación, prosiguió, y el desafío ahora es "mantenerse unidos" y "liderar unidos", siempre desde la vocación centrista que caracteriza a la CDU.
Fue un discurso mucho más corto de lo habitual -media hora, en lugar de los 90 minutos que suele dedicar en sus informes al partido-, con el que aparentemente dejaba claro que también ella es consciente de que el protagonismo de la jornada correspondía a quien la sucediera.