La demanda de llegar a una solución mediante el diálogo dentro de la ley, tras el referéndum ilegal del domingo en Cataluña, unió hoy a todos los portavoces de grupos europeos en el Parlamento Europeo en un debate en el que la Comisión Europea (CE) dejó claro que solo le incumbe a los españoles su futuro y que por ello Bruselas no mediará.
Tras el referéndum ilegal del 1 de Octubre, el pleno del Parlamento Europeo celebró hoy por primera vez un debate sobre Cataluña, con el enunciado pactado por todos los grupos de "Estado de Derecho, Constitución y Derechos Fundamentales en España, a la luz de los acontecimientos en Cataluña".
Aunque sí habían tomado la palabra por la mañana, en un debate distinto, en la sesión formal dedicada a Cataluña, no intervinieron los eurodiputados españoles, dejando a los portavoces de los grupos tomar la palabra y expresar el sentir de cada familia política europea.
Abrió el debate el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, quien subrayó que se trata de un asunto interno español, sin lugar a una mediación de Bruselas, y que le corresponde "a los 46 millones de españoles decidir su futuro, ellos deben buscar la solución y encontrarla".
Timmermans, que lamentó las acciones violentas, no hizo una condena explícita, y justificó el uso de la fuerza "proporcionada" para hacer valer la ley.
"A nadie le gustaron los acontecimientos del domingo, pero decisiones unilaterales, incluida la proclamación de independencia respecto de un Estado soberano, no sólo son contrarias al ordenamiento jurídico europeo, sino que además están destinadas a provocar peligrosas divisiones", ha dicho el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.
Por su parte, el líder del Partido Popular Europeo (PPE), el alemán Manfred Weber, pidió un diálogo "dentro de España y de la ley española" respecto a la situación en Cataluña, y aconsejó a las partes: "Por favor, siéntense a hablar juntos". Weber, que expresó su pesar "por aquellos que resultaron heridos" en los enfrentamientos con la Policía en el 1-O, una consulta suspendida por el Tribunal Constitucional, defendió el respeto a la legalidad, al tiempo que hizo un llamamiento al diálogo "en el que estén involucrados todos los actores".
El líder de los socialdemócratas, Gianni Pittella, mostró su preocupación por una eventual declaración unilateral de independencia (DUI), que dijo sería una "provocación adicional" y añadiría "gasolina al fuego".
El político socialista italiano se dirigió al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y le señaló que su gestión de la crisis "debería haber sido diferente", ya que "los catalanes aportaban propuestas serias". "La Constitución se puede cambiar con los instrumentos adecuados y no despreciando las normas comunes", señaló Pittella, quien agregó que "ningún demócrata puede alegrarse de las imágenes de las cargas (policiales) del domingo pasado".
Para el grupo liberal europeo, Guy Verhofstadt, también muy crítico con la celebración de ese referéndum que la mayoría coincidió en que fue ilegal y "sin legitimidad democrática", "hablar es la única forma de encontrar una solución". El ex primer ministro belga consideró que "declarar la independencia en base a los resultados de un referéndum defectuoso es totalmente irresponsable", e insistió en que esa irresponsabilidad lo es "no tanto para España, no tanto para Europa, sino también para Cataluña misma. Causará una fractura total en su sociedad, una fractura imposible de curar". Verhofstadt afirmó que "cuando no se sabe hacia donde ir, hay que elegir avanzar" y llamó a que las partes "se sienten en la misma mesa, con espíritu de entendimiento y comprensión", en "un diálogo incluyente con visión de futuro".
Muy críticos con el Gobierno español se mostraron el portavoz de la Izquierda Unitaria Patrick Le Hyaric y la líder de los Verdes, Ska Keller, quienes además apostaron abiertamente por una mediación europea. "Todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación. Debe retomarse el diálogo y hay que ayudar desde la UE", señaló Le Hyaric, quien como la líder ecologista echó en cara a la CE que no condenara de forma explícita la actuación policial del domingo. "La fuerza no sirve para resolver los conflictos. Ni la Policía ni los jueces deben resolver un problema político", dijo Keller.
Los partidos ERC, PDeCAT y Unidos Podemos criticaron el formato del debate, que apenas duró una hora y en el que no se expresaron más que los portavoces de grupo. "El PP y el PSOE han formado un debate express", señaló la eurodiputada Marina Albiol (Unidos Podemos) a los periodistas.
Antes del inicio del debate, los eurodiputados de la N-VA Helga Stevens, Mark Demesmaeker y Anneleen Van Bossuytla portaron una bandera independentista catalana (estelada) en el hemiciclo, pero fueron obligados a retirarla rápidamente tras la orden del presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani.