Fin del calvario para los cuatro franceses secuestrados en 2010 en Níger

  • Los rehenes estaban vinculados con la explotación de una mina de uranio de un grupo francés

La llegada a París de los cuatro franceses secuestrados en Níger por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) en 2010 puso fin este miçércoles a más de tres años de calvario en los que estuvieron retenidos en el norte de Mali y fueron desplazados en varias ocasiones.

Pierre Legrand, Thierry Dol, Daniel Larribe y Marc Féret, de edades comprendidas entre los 28 y los 62 años, llegaron en un avión medicalizado que aterrizó en el aeropuerto militar de Villacoublay, en las afueras de París, hacia las 11.45 hora local (10.45 GMT).

Los cuatro fueron capturados el 16 de septiembre de 2010 en un complejo minero del grupo francés Areva en Arlit, en el norte de Níger, junto a otras tres personas -un togolés, un malgache y una francesa enferma de cáncer- que fueron liberadas en febrero de 2011.

RECIBIMIWENTO DE HOLLANDE

El recibimiento en el aeropuerto por parte del presidente francés, François Hollande, oficializó hoy el término de un secuestro en el que, según subrayaron las autoridades galas, ha sido "esencial" el rol desempeñado por el presidente nigerino, Mahamadou Issoufou.

"Quiero expresar la gratitud de Francia al presidente de Níger. Ha sido él, con sus equipos, quien ha hecho los tratos necesarios para obtener la liberación", indicó Hollande en el aeropuerto y rodeado de los exrehenes.

En aparente buen estado de salud aunque visiblemente más delgados, estos cuatro trabajadores de Areva y de la constructora Vinci a través de una subcontrata prefirieron no hacer declaraciones.

El jefe del Estado recordó lo "largas, difíciles y arduas" que pueden llegar a ser este tipo de negociaciones, y destacó tanto la "abnegación y solidaridad" de las familias como la "valentía" de estos cuatro franceses, a quienes les deseó "lo único que se le puede desear a quien acaba de recuperar la libertad: felicidad".

Francia recordó hoy que no ha pagado ningún rescate como contrapartida, pero los detalles de la operación filtrados por los medios franceses apuntan a que se habría desembolsado una cifra millonaria que, según "Le Monde", se elevaría a una veintena de millones de euros.

No está prevista en el Elíseo una recepción oficial inmediata a los exrehenes que, de acuerdo con los procedimientos habituales, deben pasar ahora un chequeo médico y psicológico, y mantener sucesivos encuentros con la Dirección General de la Seguridad Exterior, para recabar datos sobre la manera de operar de AQMI.

RETENIDOS EN EL NORTE DE MALI

De momento se ha sabido que estuvieron retenidos en el norte de Mali, divididos en dos grupos casi hasta el final del cautiverio y desplazados en varias ocasiones, así como que durante la ofensiva militar gala lanzada en enero para desalojar a los grupos yihadistas que ocupaban esa región, estuvieron a punto de ser liberados, según el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, "tres o cuatro" veces.

Seis meses de negociaciones, una operación de rescate de ocho días y el supuesto pago de esa cifra millonaria, desmentida oficialmente, han hecho posible esta última intentona cerrada con éxito, y que permitió recuperarles al noroeste de Mali, cerca de la frontera con Mauritania y Argelia.

"Le Monde" indica que 18 hombres, franceses y tuaregs, partieron el pasado 21 de octubre desde Kidal hasta el punto fijado para su liberación. Los secuestradores, según esa versión, habrían intercambiado la suma acordada por las coordenadas en las que se encontraban los rehenes, a los que habrían dejado solos varios días antes.

Fue Issoufou quien informó a Hollande ayer de la puesta en libertad, y éste último quien encargó a los ministros de Defensa, Jean-Yves Le Drian, y de Exteriores, Laurent Fabius, que se desplazaran hasta Niamey para encargarse de cerrar su regreso.

"Para Francia es una buena noticia saber que están libres, pero no olvidemos a los otros siete retenidos, dos todavía en el Sahel, uno en Nigeria y cuatro en Siria", concluyó hoy Hollande, que reiteró su intención de hacer "todo" para liberarlos, y pidió "discreción y solidaridad" para conseguirlo.

De forma paralela a esta liberación, el Tribunal de París abrió ayer una información judicial que tiene como objetivo determinar las circunstancias del secuestro, y ver si las empresas para las que trabajaban los rehenes tienen parte de responsabilidad en la puesta en peligro de sus vidas.

La demanda, según indicó su abogado, Olivier Morice, fue presentada el pasado 21 de junio por parte de los familiares de Legrand, y "sorprendentemente", según sus palabras, su apertura ha coincidido o se ha hecho coincidir con su liberación.