Al menos 28 muertos y 1,85 millones de desplazados quedan hoy en Filipinas, cuando, tras su paso por el este y el centro del país, el tifón Hagupit se aleja por el Mar de China Meridional convertido en una depresión tropical que en Manila sólo ha causado escasas inundaciones.
Otras cifras relativas a la visita de Hagupit al archipiélago filipino son 151 heridos y 2,2 millones damnificados, según el Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres del país, la agencia gubernamental coordinadora de la información que ha recibido muchas críticas por la lentitud con la que difunde datos.
"No se trata de números, se trata de confirmar que los muertos efectivamente han fallecido a causa del tifón, y eso es lo que lleva un poco más de tiempo", explicó el director ejecutivo del citado organismo, Alexandre Pama, en rueda de prensa.
La Cruz Roja filipina, más ágil, es la que facilita la cifra de 28 muertos y, según su presidente, Richard Gordon, ese número puede aumentar a medida que se acceda a las zonas remotas.
Las informaciones provisionales suponen un respiro para las autoridades locales, que temían que Hagupit causase una catástrofe similar a la que provocó Haiyan hace un año: 6.300 muertos, más de 1.000 desaparecidos, 14 millones de damnificados y pérdidas multimillonarias.
"Estamos muy satisfechos por cómo se han hecho las cosas y está claro que hemos puesto en práctica las lecciones que aprendimos con Haiyan", declaró Pama.
TRANQUILIDAD EN MANILA
Manila, donde residen 12 millones de habitantes, ha salido bien librada en esta ocasión de la inclemencia de probablemente el último tifón de la temporada.
"Las inundaciones han sido de muy poca importancia en la zona sur de Manila y en las zonas que tienden a acumular agua", indicó el director de la Agencia para el Desarrollo de la Metrópolis de Manila, el teniente de alcalde Francis Tolentino, a la emisora local ANC.
La Alcaldía de Manila informó de que no se ha producido ninguna víctima mortal en la capital y que los 13.000 evacuados han empezado a regresar a sus hogares.
Tolentino, también jefe de la agencia capitalina que lidia con los desastres naturales, atribuyó la ausencia de víctimas mortales a los preparativos que se habían adoptado.
13.000 HOGARES AFECTADOS EN LA REGIÓN DE SAMAR ORIENTAL
La región de Samar Oriental, donde tocó tierra Hagupit, no ha salido tan bien parada.
"Cerca de 13.000 hogares de Samar Oriental han quedado completamente destruidos por los vientos y más de 22.000 han quedado parcialmente dañados", explicó la ministra de Bienestar Social y Desarrollo, Dinky Soliman, en una reunión mantenida con el ministro del Interior, Mar Roxas.
Soliman informó que Hagupit, de momento, ha causado daños en el sector agrícola de la zona por valor de 1.040 millones de pesos (18,9 millones de euros o 23,3 millones de dólares).
Las labores de limpieza y de distribución de alimentos y de ayuda humanitaria continúan en las zonas más afectadas, mientras que el Ministerio de Energía trabaja en restaurar el tendido eléctrico dañado por los vientos y que ha dejado a 1,7 millones de hogares sin luz.
Tres días después de que Hagupit tocara tierra en la localidad de Dolores, en Samar Oriental, el tifón se ha debilitado hasta convertirse en una depresión tropical que se desplaza a 13 kilómetros por hora hacia Vietnam por el Mar de China Meridional, donde puede cobrar fuerza.
Los meteorólogos filipinos prevén que Ruby, el nombre local del tifón, abandone las aguas territoriales mañana.
Ninguna provincia filipina se encuentra bajo alerta, pero la Agencia Meteorológica de Filipinas (PAGASA) alerta de que una borrasca se aproxima por el Pacífico y podría transformarse en otra tormenta tropical que llegaría al país a finales de semana.
Entre 15 y 20 tifones visitan cada año Filipinas durante la temporada lluviosa, que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.