La economía de China se desacelera en el segundo trimestre con consecuencias para la economía mundial. El producto interior bruto (PIB) de China solamente creció un 0,8 % intertrimestral entre abril y junio de 2023, según datos oficiales publicados este lunes.
Esto se ha producido como resultado de una caída en la demanda interna y externa. Unas cifras que aumentan las dudas sobre si el gigante asiático será capaz de cumplir con su objetivo de crecimiento anual, que el Gobierno fijó en un modesto 5% para el 2023.
A pesar de que en estos meses, la segunda economía mundial repuntó un 6,3 % en comparación con el mismo período de 2022, marcado por las restricciones y los confinamientos de la ya desmantelada política nacional de 'cero covid'. La ONE advirtió de que "las circunstancias políticas y económicas a nivel internacional siguen siendo intrincadas y complicadas, y los cimientos de una recuperación sostenida de la economía nacional todavía no son sólidos".
CINCO CLAVES PARA ENTENDER EL FRENAZO DE LA SEGUNDA ECONOMÍA MUNDIAL:
1. BAJA DEMANDA NACIONAL E INTERNACIONAL
"Definitivamente, se trata de una ralentización causada por el (bajo) consumo", explicó Hao Zhou, economista jefe de Guotai Junan International. Muchos analistas apuntan en esta dirección a la hora de explicar qué está ocurriendo en China, donde el furor de la reapertura parece diluirse y las encuestas reflejan cada vez más cautela en los hogares sobre sus perspectivas de ingresos y empleo.
Esto, unido a factores como un nivel récord (21,3 %) de paro juvenil, ha hecho que los chinos prefieran ahorrar.
A los problemas para el consumo nacional se suma un descenso de la demanda proveniente del exterior debido, según los expertos, a la normalización pospandémica de los patrones de consumo a nivel internacional, así como a las altas tasas de inflación en buena parte del mundo desarrollado y a las perspectivas de recesión.
2. RIESGOS DE DEFLACIÓN
Precisamente la caída de la demanda es, en buena parte, responsable de la situación de deflación que viven los precios industriales, que en junio experimentó su noveno mes consecutivo de contracción al bajar un 5,4 % interanual, lo que situó al IPP, su indicador oficial, en mínimos de los últimos siete años.
De hecho, el Banco Popular de China (BPC, central) quiso calmar las aguas en una reciente rueda de prensa en la que el vicegobernador del banco central, Liu Guoqiang, aseguró que "ni hay deflación ahora ni habrá riesgo de deflación en la segunda mitad del año", y pronosticó que el IPC se aproximará a un 1 % hacia finales del ejercicio.
3. LA CRISIS INMOBILIARIA CONTINÚA
Uno de los grandes factores de ralentización de la economía china es la crisis del sector inmobiliario, cuyo peso sobre el PIB nacional -sumando factores indirectos- se estimaba en torno a un 30 %, según algunos analistas.
Muchas empresas del sector comenzaron a presentar problemas de liquidez a 2021 tras las limitaciones impuestas por Pekín a su capacidad para financiarse vía apalancamiento, y la consiguiente desconfianza de los posibles compradores se tradujo en un frenazo del mercado y una bajada de precios preocupante debido a que la vivienda es uno de los principales vehículos de inversión de las familias chinas.
4. RECUPERAR LA CONFIANZA DEL SECTOR PRIVADO
Otra de las prioridades de Pekín es tratar de recuperar la confianza del sector privado, muy afectado durante la época más dura de la pandemia ante los repetidos confinamientos y los impredecibles giros de la política nacional del 'cero covid'.
"Los negocios tienen dudas sobre aumentar la producción o la inversión ante los traspiés económicos. (...) Ahora, muchos de ellos están tomando una actitud de espera, y no tratarán de expandir sus operaciones hasta que haya un repunte de la demanda general", explica Harry Murphy Cruise, economista de Moody's Analytics.
5. ESTÍMULOS INSUFICIENTES
Entre las medidas más recientes destacan la bajada de 10 puntos básicos de los tipos de interés de referencia, la primera desde agosto de 2022. Capital Economics apuntó que fueron "demasiado pequeñas para marcar una diferencia". Para el economista Harry Murphy Cruise, esto no es suficiente: "Hay una desesperada necesidad de más. Esperamos ver una política monetaria más flexible en los próximos meses y medidas específicas de apoyo fiscal para sectores clave como el inmobiliario y el de la construcción". A este respecto, la próxima cumbre económica del todopoderoso Politburó del Partido Comunista podría ser clave.