La canciller alemana, Angela Merkel, reclamó hoy "buena voluntad" para avanzar en la formación de una coalición de Gobierno entre su bloque conservador, los verdes y los liberales, su única opción para lograr en una mayoría estable.
"Hay posibilidades de lograrlo. Con la buena voluntad de todos debería ser posible", apuntó la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), ante su reunión este domingo con los líderes de los Verdes y el Partido Liberal (FDP), además de la Unión Socialcristiana bávara (CSU), formación hermanada a su partido.
La cita era en la representación en Berlín de Baden-Württemberg, el próspero "Land" del sur del país cuyo gobierno lidera el verde Winfried Kretschmann con la CDU como socio menor, lo que tenía algo de gesto conciliador hacia los ecologistas, hasta ahora la parte más escéptica en esa fase de negociación.
Merkel empleó de forma cautelosa la palabra "compromiso", lo mismo que la líder de los Verdes Katrin Göring-Eckardt y el liberal Christian Lindner, mientras el bávaro Horst Seehofer destacaba que, tras tres semanas de contactos previos, llegó el momento de adoptar "decisiones".
A la cita en formato reducido y a escala de líderes de hoy deberán seguir en los próximos días otros contactos de distinto nivel para que el jueves, según el calendario marcado por Merkel, se presenten los resultados a que aludió Seehofer.
Los Verdes no quieren dejarse presionar por las "prisas" de la canciller, habían advertido previamente ante distintos medios este fin de semana Göring-Eckardt y su copresidente, Cem Özdemir.
Las diferencias programáticas entre los implicados son muchas y notables, apuntó Özdemir, y van desde la acogida de refugiados a protección medioambiental, transportes, exteriores y política fiscal, cuyas riendas quieren asumir los liberales.
Merkel convocó para hoy su reunión "entre iguales", con el fin de acotar temas y poder pasar de la fase de contactos previos a las negociaciones formales, lo que de por sí llevará su tiempo.
Cada uno de los partidos tiene su fórmula de discusión interna. Sólo los Verdes, por ejemplo, deben obtener el visto bueno de un congreso que se celebrará el 25 de noviembre antes de entrar en negociaciones formales y, en caso de alcanzarse luego un pacto de coalición, éste sería sometido de nuevo al voto de la militancia.
Se habla de tripartito ya que la CDU/CSU integran el bloque conservador, aunque en rigor la formación bávara es un partido propio, con una compleja dinámica e inmerso en una crisis de liderazgo, que celebrará su propio congreso el 17 de noviembre.
Se trata de una alianza inexplorada a escala federal, que recibe el nombre de "Jamaica" porque los colores identificativos de los partidos se corresponden con los de la bandera de ese país.
Merkel, en el poder desde 2005, debe emplearse a fondo para convencer a todas las partes, ya que no tiene otra opción para lograr una mayoría estable.
El líder socialdemócrata, Martin Schulz, insistió hoy mismo, en un acto de su partido, en que no habrá una nueva gran coalición como las que Merkel lideró en su primera y tercera legislatura.
De estrellarse la opción jamaicana, la salida más probable sería la convocatoria de elecciones anticipadas en Alemania, una posibilidad que, a juicio de los analistas, no favorecería a ninguno de los partidos implicados porque es contemplada por el elector como una molestia.
La falta de avances visibles y el largo trecho que queda hasta que, salvo fractura, pueda sellarse un pacto de Gobierno han hecho caer de antemano el apoyo ciudadano a este tripartito de connotación exótica en un país esencialmente conservador.
Apenas un 45 % de los alemanes considera buena o muy buena esa posible coalición, doce puntos menos que a principios de octubre, según el sondeo difundido esta semana por la televisión pública ARD.
Tras su victoria en las elecciones generales del pasado 24 de septiembre, Merkel había pronosticado que la formación del Gobierno podía demorarse hasta navidades.
Desde su bloque conservador se apuntó a que su investidura para un cuarto mandato podría tener lugar entrado 2018.