Su funeral será el próximo 5 de enero en la Plaza de San Pedro, y será oficiado por el Papa Francisco
REDACCIÓN / AGENCIAS
El papa emérito Benedicto XVI murió este sábado 31 de diciembre a los 95 años de edad en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde residía desde su histórica renuncia al pontificado en 2013, confirmó hoy la Santa Sede en un comunicado.
"Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido a las 9:34 horas en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano", reza la nota oficial del Vaticano, en seis idiomas.
“Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy a las 9:34 horas en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Apenas sea posible se proporcionará mayor información”. Informa el Director de la oficina de Prensa vaticana pic.twitter.com/BrQ6UciuiL
La capilla ardiente del papa emérito Benedicto XVI tendrá lugar desde este lunes 2 de enero en la basílica de San Pedro del Vaticano, según ha confirmado la Santa Sede en un comunicado.
"El cuerpo del Papa Emérito será en la basílica de San Pedro del Vaticano para la despedida de los fieles", reza el comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede.
El funeral por el pontífice emérito se celebrará el próximo 5 de enero en la plaza de San Pedro y será oficiado por el Papa Francisco, informó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.
Diferentes personalidades públicas ya han mostrado sus condolencias a través de sus redes sociales. Es el caso de la presidente regional madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien ha dicho: "Benedicto XVI fue un héroe intelectual".
Benedicto XVI fue un héroe intelectual.
Luchó por la dignidad y la libertad de todos en su labor como Papa, escritor, político, pero sobre todo como gran pensador tras el inmenso Juan Pablo II, a quien tuvo el valor de suceder.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, también ha querido recordar la visita de Benedicto XVI a Madrid: "Madrid eleva una oración por su alma y recuerda la histórica Jornada Mundial de la Juventud de 2011".
Recibimos con tristeza la noticia de la muerte de Benedicto XVI, ejemplo de humildad en el servicio al Evangelio y de valentía al servicio de la Verdad.
Madrid eleva una oración por su alma y recuerda la histórica Jornada Mundial de la Juventud de 2011.
La preocupación por el estado de salud del papa y teólogo alemán surgió el miércoles 28 de diciembre, cuando su sucesor, Francisco, reconoció que estaba "muy enfermo" y pidió "una oración especial" a los fieles que asistían a su audiencia general.
El secretario personal del pontífice emérito, monseñor Georg Ganswein, había afirmado en repetidas ocasiones en los últimos años que este era como "una vela que se apaga lenta y serenamente".
Un día después, la Santa Sede aseguraba que Benedicto XVI había "logrado reposar bien en la noche, estaba absolutamente lúcido y atento" y permanecía "estable" pese a la gravedad.
Una situación que prosiguió el 30 de diciembre, cuando presentó unas condiciones "estable", aunque pudo asistir a una misa celebrada en su habitación.
El lugar donde eligió vivir en retiro
Benedicto XVI había decidido pasar estos momentos en su estancia del monasterio en el que reside desde su histórica renuncia al papado, anunciada el 11 de febrero de 2013 y consumada el 28 de aquel mismo mes, la primera vez en seis siglos, desde tiempos de Gregorio XII.
Tras conocerse su situación, numerosos fieles se habían congregado en distintas diócesis y templos de todo el mundo para rezar por él, siguiendo las indicaciones de Francisco.
Desde el 2 de abril de 2013, Ratzinger vivía rodeado de su "familia" vaticana, formada por su secretario, un médico, un enfermero y cuatro mujeres laicas consagradas del instituto "Memores Domini", que pertenece al movimiento Comunión y Liberación, que se reparten las tareas de la casa y se ocupan de las necesidades del papa emérito.
Benedicto XVI prometió mantenerse en silencio tras su renuncia en señal de respeto por su sucesor, aunque en algunas ocasiones ha reaccionado a algunas cuestiones de actualidad que le afectaban de algún modo.
Por ejemplo, en febrero de 2022 pidió perdón por los abusos y errores ocurridos durante sus mandatos en los distintos cargos que ha ostentado, tras la divulgación de un informe sobre abusos sexuales a menores en Alemania en el que se le acusaba de estar al corriente en su época como arzobispo de Múnich (1977-1982).
"Una vez más sólo puedo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón. He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia Católica", subrayó en un comunicado.
Había salido en muy pocas ocasiones de los muros leoninos, una vez para visitar a su inseparable hermano, Georg, en el hospital y en junio de 2020 cuando viajó hasta Ratisbona para verlo de nuevo pocas semanas antes de morir con 95 años.