Una joven bloguera que atizó desde Internet las protestas en la plaza Tahrir de Egipto y un activista encarcelado por Muamar el Gadafi en Libia han recogido en el Parlamento Europeo el premio Sájarov a la libertad de conciencia 2011, dedicado a la Primavera Árabe. La egipcia Asmaa Mahfuz y el libio Ahmed al-Zabair Amed al-Sanui acudieron al Parlamento para recoger un galardón que comparten con el tunecino Mohamed Bouazizi, concedido a título póstumo, y los sirios Razan Zaituneh y Ali Farzat.
Asmaa Mahfuz, de 26 años, ha dedicado el premio "a la gloria de los mártires de la Primavera Árabe" y ha dicho confiar en que "a partir de ahora las relaciones entre el resto del mundo y el mundo árabe ya no se basen en perjuicios".
El presidente del PE, Jerzy Buzek, ha destacado que la joven "es un símbolo del nuevo mundo árabe" en el que "ojalá las mujeres tengan un papel renovado".
Mahfuz y al-Sanui han subrayado en sus discursos que tanto Mubarak como Gadafi recibieron el apoyo de países del mundo occidental durante sus regímenes.
El pacifista libio ha dado testimonio de "31 años de humillación, 9 de ellos en una celda de aislamiento", un periodo en el que ha dicho nunca perdió la esperanza de conquistar la libertad.
Buzek ha resaltado que es la persona que ha permanecido durante más tiempo encerrado como preso de conciencia y que ahora forma parte del consejo nacional de transición en Libia haciéndose cargo de los presos políticos.
El Parlamento Europeo ha guardado un minuto de silencio en recuerdo al fallecido Mohamed Buazizi, quien tras quemarse a lo bonzo provocó una serie de revueltas populares que acabaron finalmente con 23 años de mandato del presidente tunecino Zine el Abidine Ben Alí.
La periodista y abogada en Siria por los derechos humanos Razan Zaituneh no pudo asistir a la ceremonia por estar perseguida por el régimen.
El sirio Ali Farzat, conocido dibujante satírico-político que ha criticado durante años en viñetas de diarios de todo el mundo el régimen de Bashar el Asad, también estuvo ausente y envió un videomensaje de agradecimiento.
La ausencia de los premiados suele ser un gesto más de la falta de libertad que ha llevado a esos premiados ha luchar por sus causas.
El año pasado el disidente cubano Guillermo Fariñas no recibió el permiso del régimen para recoger su galardón.