Protección Civil italiana está preparando cerca de 4.500 camas en escuelas y centros deportivos para dar cobijo a los evacuados tras el terremoto de 5,9 grados en la escala Richter que sacudió el domingo la región de Emilia Romagna (norte de Italia) y que ha causado siete muertos y 50 heridos.
Según informó ese departamento, alrededor de 3.000 personas pasaron esta noche fuera de sus casas, sobre todo en las localidades de Módena y Ferrara, donde se han producido los mayores daños.
Son muchos los que pernoctaron en sus coches debido al miedo, pues además durante la noche se produjeron más de cien réplicas de menor intensidad, pero decenas de ellas tuvieron una magnitud de entre 3 y 4 grados y fueron advertidas por la población.
Hoy será el día de contar los daños tanto de las casas particulares como del patrimonio artístico de la región, que ha quedado gravemente dañado, como la famosa torre del reloj o torre de los Modeneses, construida en el 1213 y considerada monumento de interés nacional y que se partió prácticamente por la mitad. La situación es aún más complicada ya que desde ayer llueve incesantemente en toda la región.
El jefe de la Protección Civil italiana, Franco Gabrielli, mostró su preocupación e invitó a reflexionar sobre el porqué se han derrumbado naves industriales construidas el años 2000.
De las siete víctimas, dos eran trabajadores de una fábrica de cerámica en Sant'Agostino, cerca de Ferrara, un tercero de una fábrica de metal, y el cuarto de una zona industrial en Bondeno, unos 15 kilómetros al norte de Sant'Agostino.
También fueron encontradas muertas una mujer alemana de 37 años y dos ancianas, de 87 años y 103 años, informaron los medios italianos.