La embajada rusa en Irlanda ha pedido ayuda al Gobierno de Dublín porque se está quedando sin combustible para la calefacción y agua caliente, una situación que atribuye al boicot de varias compañías por la guerra en Ucrania, según informa este martes el diario "Irish Mirror".
Este medio asegura hoy que la misión diplomática envió el pasado 22 de marzo una carta al ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, en la que le exige que ponga fin a un "caso claramente discriminatorio".
La supuesta misiva expone que el "actual suministrador de combustible ha dejado de entregar diésel a nuestra misión" y señala que la embajada ha contactado "con otras compañías" de Dublín, si bien "todas se niegan a cooperar".
Sin crédito
"La embajada se ha quedado con reservas muy limitadas que durarán hasta el final de la semana. Este diésel es un bien de primera necesidad, pues se usa para la calefacción y el agua caliente de la cancillería y para la zona residencial de nuestra misión", agrega la carta publicada por el "Mirror", que señala que se desconoce cuál es la situación actual.
No obstante, cita a un portavoz oficial de Exteriores que dice que "este departamento no hace comentarios sobre las operaciones de la embajadas".
Este tabloide también indicó hoy que el Banco de Irlanda, una entidad privada, ha cancelado sus cuentas con la misión rusa encabezada por el embajador Yury Filatov, que tampoco ha aclarado si ha conseguido comprar combustible desde el pasado mes.
Urbanismo, ciberataques y expulsiones
Las relaciones entre Irlanda y Rusia ya se habían tensado antes incluso de la invasión de Ucrania, cuando las autoridades de urbanismo rechazaron en 2020 una solicitud de ampliación de la misión diplomática de Moscú en Dublín, pues la consideraron desproporcionada.
Según ha informado la cadena pública RTE, los informes de seguridad alertaron al Gobierno sobre planos de construcciones subterráneas en el complejo ideales para albergar "operaciones de interferencia" de la inteligencia rusa.
Pocos meses antes, en plena pandemia de Covid, un ataque cibernético desactivó por completo el funcionamiento informático del sistema nacional de salud (HSE), en una acción atribuida a jáqueres que operaban en territorio ruso.
Y el pasado enero, días antes de la invasión de Ucrania, Moscú efectuó maniobras militares frente a la costa de Irlanda, un país tradicionalmente neutral que calificó éstas de "innecesarias" y "provocadoras", si bien no pudo impedirlas porque se desarrollaron en aguas internacionales.
Con la guerra ya en marcha, Dublín ordenó la pasada semana la expulsión de cuatro diplomáticos rusos por motivos de seguridad.
En este contexto, la embajada rusa ha rechazado una invitación para asistir a la intervención por videoconferencia que el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, efectuará mañana miércoles en el Parlamento irlandés.