Un estudio elaborado por el diario británico "The Guardian", sobre 2,5 millones de mensajes, descarta que la reciente ola de violencia que asoló varias ciudades inglesas comenzase a raíz de mensajes en Twitter.
A partir del análisis de los tweets enviados a través de la red social durante los disturbios, "The Guardian" concluye hoy que los usuarios utilizaron Twitter para intercambiar información sobre lo que ocurría en diversas ciudades de Inglaterra, más que para fomentar la violencia.
El examen de la actividad de la red social entre el 6 y el 9 de agosto muestra cómo el tráfico de mensajes en los que se habla sobre disturbios en determinados puntos del país solo se incrementa después de que otros medios confirmaran el lugar donde se producían esos altercados.
Ello sugiere que Twitter se utilizó para conocer qué sucedía más que para incitar a la violencia, según los autores del estudio, que, aún así, advierten de que "no se puede asegurar que no desempeñara ningún papel" en ese sentido.
La investigación destaca asimismo que más de 206.000 "tuit", un 8 por ciento de todos los que se analizaron, son mensajes dedicados a organizar batidas ciudadanas de limpieza.
Las conclusiones del estudio se han hecho públicas el día en el que responsables de Facebook, Twitter y Research in Motion -fabricante de BlackBerry- se reunirán con la ministra de Interior, Theresa May, para debatir las medidas que baraja el Ejecutivo de David Cameron para evitar nuevos disturbios. El primer ministro afirmó que su intención era trabajar con la policía, los servicios secretos y la industria para estudiar si se pueden "cortar las comunicaciones" a través de las redes sociales "cuando alguien planea desórdenes y actos criminales".
"Cualquiera que haya visto estas acciones terribles estará sorprendido por cómo se organizaron a través de las redes sociales", dijo Cameron el día 11 ante el Parlamento durante una sesión extraordinaria convocada ante la gravedad de los disturbios.
Tras la oleada de violencia, un responsable policial admitió que las autoridades consideraron la posibilidad de prohibir el acceso a páginas como Twitter o Facebook durante los altercados, pero que renunciaron a hacerlo por desconocer su capacidad legal de tomar esa medida.