Las autoridades han aumentado las medidas de seguridad en torno al volcán Kilauea, ubicado en las islas Hawai (Estados Unidos), después de que los científicos observaran un incremento notable de su actividad durante el fin de semana. En los dos últimos días uno de los cráteres del Kilauea, conocido como Pu'u O'o, se desplomó, provocando 150 seísmos de pequeña magnitud; otro, llamado Napau, entró en erupción; y una fisura de la cara este comenzó a escupir chorros de lava de 20 metros de altura.
Ninguna de las viviendas o de los campamentos cercanos al Kilauea se han visto afectados, aunque las autoridades han optado por aumentar el perímetro de seguridad en torno al volcán, como medida preventiva. Así, los visitantes deberán observarlo a una distancia mínima de 2,4 kilómetros.
En opinión de Janet Babb, experta del Servicio Geológico de Estados Unidos, este repunte anticipa "futuros episodios de erupciones" y plantea "nuevas incógnitas al respecto", pese a que el volcán lleva 28 años activo.