Al menos 24 personas han muerto y 15 personas permanecen hospitalizadas, por el desplome de un tramo de la línea 12 del Metro de Ciudad de México, un viaducto que se ha venido abajo sobre una carretera justo cuando pasaba por encima un convoy con un número indeterminado de pasajeros.
El incidente se ha producido sobre las 22.30 horas (hora local), en la avenida Tláhuac, a la altura de la estación de Olivos, cuando el paso elevado de los rieles se ha venido abajo con el metro. "Iba en el Metro y se cayó. Venía escuchando música cuando de repente como que tronó algo y la parte de atrás se fue", ha contado un superviviente al diario 'Milenio'.
Al lugar han acudido equipos de rescate para atender a las personas afectadas y rescatar a otras que habrían quedado atrapadas entre los vagones, entre ellos Protección Civil del Gobierno de México, del Ministerio de Salud y del Gobierno de Ciudad de México.
La alcaldesa, Claudia Sheinbaum, ha confirmado que no quedan personas atrapadas bajo los escombros, pero las autoridades no descartan que el balance de víctimas pueda aumentar por el delicado estado de algunos de los más de 40 heridos. La Fiscalía de la capital ha difundido en redes sociales la lista de estos heridos, evacuados al Hospital de Especialidades Belisario Domínguez, Hospital General de Tláhuac y Hospital General de Iztapalapa.
"Lo que ocurrió fue el vencimiento de una trabe en el momento en el que iba pasando un tren. Se van a hacer todas las investigaciones hasta saber cuáles son las causas", ha indicado Sheinbaum ante los medios desde el lugar de los hechos. La jefa del Gobierno local no descarta que pueda haber una auditoría externa.
Los mensajes de pésame han sido unánimes y han llegado desde diversos partidos y administraciones. El ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, antiguo alcalde de la capital mexicana, ha lamentado en Twitter la "terrible tragedia" y ha instado a investigar las causas para depurar responsabilidades.
La línea afectada se inauguró precisamente durante la etapa de Ebrard como alcalde, en el año 2012. Se trata de uno de los tramos más nuevos de una red de transporte que mueve a unos cinco millones de pasajeros al día y que es clave en una ciudad donde viven más de 8,8 millones de personas.
La construcción de la línea 12 ya se vio salpicada por sospechas de corrupción y en los últimos años se habrían realizado denuncias sobre el mal estado de algunos tramos, incluido el que se ha derrumbado este lunes, especialmente tras el potente seísmo que sacudió el país en 2017.