La red de espionaje mediático del imperio de Murdoch se amplía. El pánico a los pinchazos telefónicos cruza el Atlántico. Un influyente senador demócrata estadounidense pide investigar las escuchas ilegales, dado que la corporación incluye la cadena Fox News y el diario "New York Post». El congresista cree que el espionaje pudo haberse extendido a las víctimas del 11S y a otros ciudadanos.
En Londres arrecia la presión política sobre Murdoch. Hoy los partidos votarán en el Parlamento a favor de una moción laborista que insta al magnate de la prensa a retirar su OPA por el canal de pago BSkyB.
Murdoch, su hijo James y una consejera delegada prestarán declaración ante la Cámara de los Comunes. Ayer el ex primer ministro Brown denunció que la prensa de Murdoch pagó a mafiosos para conseguir información y que él y su esposa lloraron de rabia al saber que The Sun iba a publicar que su hijo padece fibrosis quística.
El tabloide replica con el testimonio de este hombre, cuyo hijo padece la misma enfermedad, que dice haber revelado voluntariamente la información. Scotland Yard acusa a Murdoch de mentir y obstruir las investigaciones. Pero no aclara por qué sólo contactó con 170 de las 4.000 víctimas potenciales señaladas en los documentos incautados en 2006 al detective privado del grupo mediático.