Más de dos millones de musulmanes celebran hoy el día grande del "hach", la peregrinación anual a la ciudad santa saudí de La Meca, con la subida al monte Arafat, donde el profeta Mahoma pronunció su último sermón hace catorce siglos.
Bajo un sol intenso, los fieles, muchos de ellos pertrechados con sombrillas, ascendieron hoy a ese monte, conocido también como "Yabal Al Tauba" (monte de arrepentimiento), para expiar sus pecados en un ritual que simboliza el día del juicio final.
En ese lugar, los fieles, vestidos con el "ihram", un traje de dos piezas de tela blanca sin costuras, tendrán que permanecer desde el amanecer hasta la puesta del sol y repetir varias veces la invocación "Labbaik Allahuma Labbaik" (Aquí estoy, oh, Señor).
En su tradicional discurso en ese monte, el mufti de Arabia saudí, jeque Abdel Aziz al Sheij, consideró que tienen una "vida miserable de animales" aquellos que se rigen por la ley civil y no por la ley islámica o "sharia".
Para la máxima autoridad religiosa del país, la "sharia" no se puede criticar o sustituir por ningún otro tipo de ley, puesto que su aplicación es una de las "condiciones de la fe", garantiza la unidad islámica y organiza "todos los ámbitos de la vida".
Por eso, el mufti denunció que algunos grupos de personas, bajo los principios de la libertad de opinión y pensamiento, "están intentando perjudicar a la religión (islámica) con justificaciones falsas y atacando sus principios".
Al Sheij advirtió a los fieles contra cualquier intento de utilizar eslóganes que no sean adecuados con el objetivo de "llamar solo a Dios" que tiene la peregrinación, entre cuyos valores figuran -dijo- la tolerancia, la hermandad, la justicia, el amor y la humildad.
Tras haber pasado la noche en el valle de Mina, los fieles, procedentes de 189 países del mundo, se trasladaron hoy al monte Arafat, en una zona a unos 19 kilómetros al este de La Meca, para llevar a cabo el ritual más importante de la peregrinación, ya que sirve para expiar los pecados y simboliza el día del juicio final.
En medio de esa atmósfera simbólica, una peregrina paquistaní dio a luz anoche a dos gemelas a las que llamó "Safa" y "Marwa", los nombres de dos montañas consideradas santas para los musulmanes y entre las que se mueven durante la pequeña y la gran peregrinación.
La madre de las recién nacidas, Tahra Yasin, de 40 años, se encontraba en el valle de Mina en el momento del parto y, según informó hoy el periódico Al Watan, expresó su alegría por haber dado a luz durante la peregrinación, pero lamentó no poder completar el "hach".
Un portavoz del Ministerio de Sanidad saudí, Jaled Mir Ghelani, apuntó que tanto la madre como sus dos hijas se encuentran en un buen estado de salud.
El "hach" es uno de los cinco pilares del islam (los otros son la profesión de fe, la limosna, el ayuno en el mes de ramadán y la oración) que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida, si dispone de medios económicos y goza de salud.
Como cada año, las autoridades saudíes han reforzado las medidas de seguridad para evitar que se produzcan incidentes y, en ese sentido, desplegaron a 2.100 agentes de la Defensa Civil mientras los peregrinos subían el monte Arafat.
Para facilitar el trayecto, fueron habilitados 20.000 vehículos y el llamado tren "Mashaer" (sentimientos).
Además, observadores de la Defensa Civil visitaron las tiendas de campaña de los fieles para comprobar que no estaban utilizando bombonas de gas, como medida de prevención contra los incendios, ni disponían de nada que pudiera perjudicar el cumplimiento de las tradiciones musulmanas.
Por su parte, las fuerzas de seguridad saudíes emplearon aviones para vigilar desde el aire a los peregrinos, que permanecerán en Arafat hasta la puesta del sol, cuando deberán desplazarse a la localidad vecina de Muzdalifa.
Será en ese lugar donde mañana, tercer y último día de la peregrinación, los fieles recogerán guijarros y los lanzarán contra tres columnas de piedra que simbolizan las tentaciones del diablo.