Al menos quince personas murieron y 200 resultaron heridas en Italia, mientras siete se encuentran desaparecidas y otras 8.000 han sido evacuadas a causa de la serie de terremotos que sacudieron hoy de nuevo la región de Emilia Romagna, en el noreste del país.
Los sismos tuvieron lugar en la provincia de Módena, la misma zona en la que ya se produjo el terremoto del pasado 20 de mayo, que causó siete muertos y provocó cerca de 6.000 evacuados.
El primer terremoto se registró a las 09.00 hora local (07.00 gmt) y pudo sentirse en todo el norte y centro de Italia.
Tras este primer sismo, la tierra siguió temblando en el norte del país, con numerosas réplicas durante toda la jornada, entre ellas una de 5,3 grados alrededor de las 13.00 hora local (11.00 gmt) manteniendo en vilo a la población, mientras los equipos de rescate buscan entre los escombros a los desaparecidos.
Las autoridades, por su parte, han dispuesto nuevos espacios para alojar a los cerca de 14.000 evacuados -entre los sismos de hoy y del pasado 20 de mayo- habilitando estructuras hoteleras además de campamentos.
Entre los muertos figuran un marroquí y un indio, que perdieron la vida en la localidad de San Felice sul Panaro tras el derrumbe de la nave industrial de la empresa de construcción en la que trabajaban y un técnico italiano, que había acudido a la fábrica, precisamente para comprobar su estabilidad.
Otras dos personas fallecieron a causa de derrumbes en otra fábrica, que hoy retomó su actividad después haber sido declarada segura tras el terremoto del 20 de mayo, en el municipio de Mirandola, mientras un anciano murió al ser golpeado por una cornisa en Concordia; otra víctima mortal se produjo en Finale Emilia, también al desplomarse su casa.
Por otro lado, el párroco de Rovereto di Novi, falleció después de que le cayera encima una viga, que se desprendió durante una de las réplicas registradas a lo largo de la jornada, mientras intentaba poner a salvo una pequeña estatua de la Virgen situada en el interior del templo.
Por precaución, las oficinas públicas y colegios en las zonas cercanas al epicentro de los movimientos telúricos fueron evacuadas así como las fábricas, entre ellas las de Ferrari, Lamborghini y Ducati, situadas cerca de Módena y Bolonia.
Los seísmos provocaron además numerosos daños materiales con derrumbes en importantes edificios históricos como el castillo delle Roche de Finale Emilia, que ya se había visto afectado por el terremoto de hace nueve días, o la cúpula del campanario de la basílica Palatina de Santa Bárbara, en el palacio ducal de Módena.
Cuando todavía se desconoce la envergadura total de los daños ya han surgido las primeras críticas por la decisión de las autoridades de autorizar el acceso a escuelas, viviendas y empresas, tras el terremoto del pasado 20 de mayo.
La secretaria del sindicato de base CGIL, Susanna Camusso, hizo hincapié en que varias víctimas del terremoto de hoy son trabajadores que se encontraban en las fábricas lo que, según dijo, "hace pensar en que no se aseguraron las estructuras de forma correcta antes de permitir que las personas volvieran al trabajo".
Preocupan también las consecuencias económicas de los destrozos provocados por los sismos, con la asociación de agricultores Coldiretti, que cifró los daños en el sector agrícola de Emilia Romagna en 500 millones de euros, mientras que el presidente de la patronal Confindustria, Giorgio Squinzi, habló de "daños ingentes" en una de las regiones más industrializadas de Italia.
El primer ministro italiano, el tecnócrata Mario Monti, compareció ante los periodistas tras el temblor registrado a primeras horas de la mañana para garantizar que "se hará todo lo posible y lo antes posible" para llevar ayuda a los ciudadanos, y se mostró convencido de que "se superará este momento".
También comparecieron ante el Parlamento para explicar las consecuencias del desastre y dar datos sobre el número de víctimas, el titular para las Relaciones con el Parlamento, Piero Giarda, y el subsecretario del Gobierno Antonio Catricalà, quien anunció que el Ejecutivo abordará mañana en un Consejo de Ministros medidas urgentes para hacer frente a la situación.
Catricalà explicó, además, que el Ejecutivo tiene previsto declarar el próximo 4 de junio jornada de luto nacional.
Asimismo, señaló que los expertos barajan la hipótesis de que el temblor de 5,8 grados registrado hoy no sea una réplica de asentamiento del terremoto del 20 de mayo, sino un nuevo seísmo y precisó que todavía no disponen de los elementos necesarios para poder determinar si ambos fueron originados en la misma falla.