La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha puesto de manifiesto la diferencia entre la educación y la instrucción y ha señalado que la primera es competencia de la familia y la segunda de los poderes públicos. Así lo ha expresado durante su intervención en la inauguración del Primer Seminario sobre Educación y Políticas Educativas en España, organizado por la Fundación Ortega-Marañón y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), en el auditorio de la Fundación Rafael del Pino de Madrid. La educación, ha dicho, corresponde a los padres y la instrucción, que no el conductismo, a los gobernantes.
Sin embargo, Aguirre ha señalado que éste "es un dilema que ya plantearon los líderes de la Revolución Francesa y que dura hasta nuestros días". "Los liberales siempre hemos defendido que la misión del Estado es la de instruir y dar a los alumnos los materiales para que ellos generen unas destrezas y construyan ellos mismos su propia personalidad", ha indicado Aguirre, que ha criticado que "los políticos más intervencionistas han defendido el papel del Estado como educador y conductor de la personalidad de los alumnos".
En este sentido, ha recordado que Franco fue quien cambió el nombre al Ministerio de Instrucción Pública por el de Educación Nacional y ha puesto como ejemplo el caso de Alemania, donde este departamento se sigue llamando desde el siglo XIX Ministerio de Instrucción.
Aguirre ha advertido de que "no es casualidad" que la tasa de paro juvenil en Alemania no llega al 9 por ciento, pues, según ha dicho, este país "no ha caído en los dogmas pedagógicos igualitaristas de la llamada comprensividad", que, por el contrario, "sí ha hecho España", cuyo paro juvenil ronda el 48 por ciento.