Las obras para acondicionar la Casa de la Villa, la antigua sede del Ayuntamiento de Madrid junto a la calle Mayor, han comenzado hoy para permitir que este edificio histórico declarado Bien de Interés Cultural albergue el Instituto de Formación y Estudios del Gobierno Local.
Según ha informado el Ayuntamiento, las obras durarán diez meses y costarán 1.317.773 euros, aunque el consistorio se ahorrará anualmente el 1.498.512 euros que destina al alquiler de las oficinas que el instituto ocupa actualmente en el número 5 de la calle de Almagro.
La remodelación forma parte del Plan de Gestión Patrimonial del Ayuntamiento de Madrid que tiene entre sus objetivos optimizar la ocupación de los edificios de propiedad municipal y reducir los contratos de alquiler existentes, resolviendo el mayor número posible.
DESDE 1629
La historia del edificio de la plaza de la Villa 5 se remonta a 1629, cuando el ayuntamiento solicitó a Felipe IV autorización para construir una nueva casa consistorial.
El monarca autorizó su ejecución conforme a un proyecto redactado por Juan Gómez de Mora, arquitecto mayor de las Obras Reales y de las de la Villa, que fue sustituido a partir de 1648 por José de Villarreal en la dirección de las obras.
Posteriormente, Teodoro Ardemans acometió diversas actuaciones entre 1673 y 1692, incluido el oratorio.
El pintor Antonio Palomino cubrió con frescos sus bóvedas y la escalera principal.
AYUNTAMIENTO Y CARCEL DE LA VILLA
El edificio tuvo inicialmente un doble propósito institucional: el Ayuntamiento y la cárcel de la Villa, una doble función que se mantuvo hasta el traslado de los últimos presos a la nueva cárcel del Saladero, después de 1834.
Posteriormente, se realizaron diversas obras de reforma dirigidas por Ventura Rodríguez y Juan de Villanueva y durante el siglo XIX se realizaron otras intervenciones de Juan José Sánchez Pescador y José López Salaberry.
A principios del siglo XX, Luis Bellido realizó obras vinculadas a la reforma y reconstrucción de la vecina Casa de Cisneros entre 1909 y 1914, incluida la conexión entre ambas a través del pasadizo volado sobre la calle Madrid.
En la actualidad este edificio está catalogado como Bien de Interés Cultural, por lo que la intervención en el mismo se ha sometido a la previa autorización de la Comisión Local de Protección del Patrimonio Histórico y se realizará bajo supervisión arqueológica.