¿Conoces el Camino del Canalillo?... de Chamberí a la Sierra
Una ruta que discurre por cinco parques madrileños: Carlos París, Juan XXIII, Francos Rodríguez, Dehesa de la Villa y Rodríguez Sahagún
REDACCIÓN
Numerosas entidades madrileñas reclaman a las autoridades la habilitación del trazado completo de 6 kilómetros vinculado al Camino del Canalillo y que hoy solo se puede recorrer parcialmente.
En la actualidad, el recorrido de la antigua acequia norte, que regaba las huertas de las afueras de Madrid, se encuentra habilitado como camino con arbolado en tramos inconexos, que han quedado aislados por edificaciones urbanas sobre el trazado original e impiden disponer de un paseo peatonal potencialmente excepcional, según explican los promotores de esta iniciativa.
Recuerdan que en los próximos días avanzará el proceso de declaración de la Dehesa de la Villa como Bien de Interés Cultural en la categoría de Paisaje Cultural. Y entre los elementos patrimoniales que creen conveniente conservar y poner en valor destaca el trazado del antiguo Canalillo o Acequia del Norte.
José Vicente de Lucio, profesor Titular de Ecología y Ciencias Ambientales en la Universidad de Alcalá, recuerda el lema medieval de Madrid “fui sobre agua edificada” para poner en valor la oportunidad histórica y medioambiental de la propuesta.
“Se trata de un corredor ecológico existente antes de que esta infraestructura empezase a ser diseñada en las principales ciudades del mundo. Es una oportunidad y un recurso público para la salud, el cuidado de la biodiversidad, el deporte, el ocio, la identidad cultural y la calidad de vida en general; y que está a punto de esfumarse como resultado de una sucesión de negligencias” afirma.
Marian Simón Rojo, profesora de Urbanismo en la Universidad Politécnica de Madrid, afirma que “sería una manera de recuperar estructuras ecológicas y sociales que permitían una gestión sostenible del agua como un bien común. Son todos elementos claves para lograr ciudades más coherentes y adaptadas a los retos ecosociales actuales”.
La primera interrupción del trazado original aparece cerca de Ciudad Universitaria, cuando iniciado el camino adoquinado del Parque Juan XXIII éste se desvía para evitar un muro. Se trata del edificio residencia de profesores de la Universidad Complutense, cuyos jardines incluyen parte del Camino y quedan encerrados por el muro que rodea la edificación.
“Considero importante la recuperación del tramo del Canalillo que atraviesa el edificio de profesores de la Complutense para dar continuidad el itinerario que conecta la Dehesa de la Villa con Tetuán, un barrio densamente poblado sin zonas verdes”, explica María Cifuentes, arquitecta urbanista y miembro de A Pie, la asociación de viandantes de Madrid.
La segunda dificultad estriba en el cierre del trazado por una pequeña zona vallada por el Canal de Isabel II. Corresponde a la antigua casa de los guardas de la acequia.
Elena Cabezón, vecina de Tetuán, recuerda cómo paseaba de niña por el Camino del Canalillo junto al recorrido del agua, que estuvo en funcionamiento hasta los años 60. “Recuerdo que bajaba con mi abuela por Almansa y nos adentrábamos por el campo para ir a una huerta donde la dueña era conocida de mi abuela y vendía en el mercado”, evoca.
El Camino del Canalillo encierra, según los firmantes del manifiesto para su apertura, encierra un importante patrimonio cultural vinculado a la llegada histórica del agua a Madrid a través de los canales del Lozoya.
El lugar ha sido escenario de numerosos pasajes literarios en las obras de BenitoPérez Galdós, Pío Baroja o Miguel de Unamuno.
El Canalillo fue una infraestructura hidráulica diseñada por Juan de Ribera que se puso en marcha en 1868.
Su objetivo fue aprovechar el agua excedente del entonces recientemente construido Canal de Isabel II y usarla para regar las huertas de los arrabales del norte de Madrid.