La delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, próxima directora general de la Guardia Civil, ha dejado el cargo con una "sensación agridulce" al no haber "podido convencer al resto de administraciones de que las bandas juveniles no son un problema de seguridad sino un problema social".
González ha presidido este lunes su último acto oficial como delegada del Gobierno con cobertura de medios de comunicación, precisamente en la presentación de 76 nuevos agentes de la Guardia Civil de Tráfico de Madrid.
Según lo previsto, mañana, martes, se acordará de forma oficial su nombramiento como nueva directora general del instituto armado en el Consejo de Ministros.
Preguntada por el balance del trabajo que ha liderado desde la Delegación del Gobierno contra las bandas juveniles, González ha asegurado que el plan antibandas que impulsó hace más de un año "se queda en muy buenas manos", las de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
"El plan está encarrilado y día a día evita grandes tragedias", ha subrayado.
Pese a que "ya se ha hecho lo importante", según ha explicado, se despide como delegada del Gobierno con una "sensación agridulce" al no haber podido "convencer al resto de administraciones de que las bandas no son un problema de seguridad sino un problema social".
La Delegación del Gobierno, con González al frente, impulsó un plan contra las bandas juveniles tras el primer fin de semana de febrero de 2022, cuando dos jóvenes de 15 y 25 años fueron asesinados en sendas reyertas ocurridas en Atocha y Usera, respectivamente.