Es más que una maqueta, y es más que una pasión. El modelismo ferroviario se da cita para presentar un mundo escala y sobre ruedas.
Casi doscientos aficionados han tomado la Casa de Campo para convertirla en una estación de tren, con el encanto de ferrocarril antiguo y las chimeneas humeantes de las maquinas a vapor.
En tres mil metros cuadrados de modelismo hay un mundo de detalles que recrea y a menudo mejora el original. Visto desde lejos, cada módulo nos retrotrae al pequeño tren eléctrico de la infancia.
De cerca se aprecia el grado de perfeccionismo con el que se trabaja cada aspecto. Hay escenarios muy reconocibles en Madrid: La estación de Getafe Industrial, la estación de Cotos e incluso el poblado chabolista de Cañada Real.
Se esperan 4.000 visitantes hasta el domingo. Una cifra que confirma que el modelismo ferroviaria no está en vía muerte.