La Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid ha detectado dos fallecimientos de bovinos afectados por Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), al tiempo que ha declarado tres nuevos focos de contagio, dos de ellos en ejemplares de ganado bovino en las delegaciones comarcales de agricultura de El Escorial y Torrelaguna, y un tercero en animales silvestres.
Hasta el momento, se ha apreciado sintomatología compatible con la enfermedad en 56 explotaciones, con 76 animales sintomáticos notificados por veterinarios. De estos, el laboratorio central de veterinaria de Algete ha confirmado 34 infecciones, lo que representa un bajo porcentaje de la cabaña total, según fuentes del departamento de Medio Ambiente.
Existen 1.554 explotaciones de ganado bovino en la región, con un censo total de animales de 98.672.
Expertos de la Consejería están en contacto permanente con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, así como con los veterinarios y ganaderos de la región, para informarles de la situación y los casos detectados conforme a los métodos de muestreo y los criterios de evaluación establecidos.
La EHE tiene carácter vírico infeccioso no contagioso y se transmite por vectores, generalmente insectos (Culicoides spp), precisa la Administración regional.
Afecta a rumiantes domésticos como bovinos, ovinos y caprinos y también a cérvidos silvestres como ciervo, gamo y corzo.
Se presenta como asintomática en la mayoría de los casos, o bien con sintomatología leve o moderada.
Los casos graves son escasos y la mortalidad muy baja, debida a consecuencias como cojeras que producen falta de movilidad, o bien dificultad para comer o beber por úlceras en la boca.
No se transmite al ser humano
No se transmite entre vaca y vaca y, sobre todo, no hay transmisión al ser humano ni a la cadena alimentaria.
Su período de incubación es de dos a diez días. En el ganado vacuno puede producirse sintomatología autolimitante durante unas dos semanas (fiebre, anorexia, disfagia, inapetencia, emaciación, estomatitis ulcerosa, cojera, dificultad respiratoria, secreción nasal y eritema de la ubre).
El ganado ovino es susceptible a la infección, pero poco a la enfermedad clínica, y el caprino es muy poco susceptible a ella.
Por ello, se pide a los ganaderos que extremen la vigilancia, que avisen a los veterinarios en caso de sospecha para aplicar antibióticos o antiinflamatorios y que notifiquen los casos a la Comunidad de Madrid, para su seguimiento.